Las emigraciones masivas de los años 50 y 70 abrieron una profunda herida en la demografía de Galicia, sobre todo en las localidades del interior, que se llevan la peor parte del fenómeno de despoblación que azota a toda la comunidad. A la ausencia de relevo generacional por la pérdida de habitantes se une en su caso la consolidación del actual estilo de vida, gran dependiente del acceso a los servicios y las oportunidades laborales que brillan por su ausencia en estas zonas. Por eso el éxodo desde el campo a la ciudad no es un fenómeno del pasado en la comunidad. Sigue ahí, con fuerza, con un incremento sin tregua en las personas que abandonan los concellos más pequeños, los de menos de 2.000 residentes. En 2015 fueron más de 4.200, según la reciente actualización de los datos sobre migraciones internas del Instituto Galego de Estatística (IGE). Una cifra inédita al menos desde el año 2000 y que duplica las salidas hacia ayuntamientos más grandes que se registró entonces, unas 2.000.
Lo que entre otras cosas significa que la marcha de habitantes en estas localidades es mayor ahora que en el periodo más duro de la crisis económica. Solo en los dos últimos años analizados por el IGE, 2014 y 2015, el incremento alcanza el 13%. A principios de la pasada década, los residentes en las localidades con un padrón por debajo de los 2.000 vecinos representaban el 4,5% del total de las migraciones internas en Galicia. En 2015 rozan el 7%.
¿Qué ocurrió en el resto de municipios? Las migraciones procedentes de aquellos que van de los 2.000 a justo por debajo de los 5.000 habitantes aumentaron entre 2000 y 2015 un 12%; un 47% en los ayuntamientos con entre 5.000 y menos de 10.000; un 44% en los que llegan a los 20.000 vecinos; también se duplicó en las urbes medianas, de 20.000 a 49.999 residentes; y, evidentemente, se mantuvieron estables en las más grandes, las que están por encima del umbral de los 50.000 habitantes -Vigo, A Coruña, Ourense, Santiago, Lugo, Pontevedra y Ferrol- y cuentan con las mejores condiciones a priori para vivir, con un avance de únicamente el 5% en las migraciones.
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La fotografía de las mudanzas de la población gallega hacia las mayores ciudades se confirma en el análisis por destino. Nunca antes tampoco las de 50.000 habitantes habían pesado tanto como nuevo domicilio para los que cambian de residencia: el 32% del total. Uno de cada tres. El 18,5% se va a las intermedias; un 19% a las que se mueven en una horquilla de 10.000 a 19.999; el 15% a las que tienen entre 5.000 y 9.999; un 9,8% a los de entre 2.000 y 4.999; y apenas 3.000, el 5%, a los de menos de 2.000.
¿Y a dónde se van los que dejan los concellos más pequeños, que, según el padrón, son 108 municipios en Galicia, uno de cada tres? La mayoría, un tercio del total, a alguna de las siete ciudades más grandes de la región. El siguiente destino en preferencia no son las localidades que siguen a continuación en tamaño, las de 20.000 a menos de 50.000 residentes, que reciben el 7% de los vecinos que se van de los lugares de menor dimensión en Galicia. Son los de 10.000 a 20.000, con un 24% del flujo que viene desde los puntos de interior y dispersos. ¿Y los que hacen las maletas en las grandes ciudades? Fueron un total de 18.200 en 2015 y 3.200 lo hicieron para mudarse a otra de las localidades más grandes. Más de 5.100 se trasladaron a los concellos medianos, la principal opción. Y únicamente el 5% eligió irse a esas localidades del rural que batallan contra la despoblación.
Por todo esto no extraña la evolución de las siete ciudades de mayor dimensión en Galicia en el reparto del conjunto de la población. En 2002, según las cifras oficiales del IGE, el 35% de los habitantes de la comunidad tenían su domicilio en una de ellas. En 2015 superan ya el 36%.
Se marchan al extranjero un 10% más de jóvenes de los que vienen de otros países
- Tanto en las emigraciones como en la vuelta el colectivo protagonista son los jóvenes. La población comprendida entre los 25 y los 34 años. Más de 15.000 en los movimientos internos en Galicia, ya sea dentro de la misma provincia o hacia otra; y casi 9.000 de los que se marcharon hacia otras comunidades o el extranjero.Concretamente, las personas en esas edades concentraron el 26% del total de emigraciones en Galicia. El 24% (11.979) en el caso de las salidas dentro de la provincia en la que ya residían; casi el 26% (3.073) en los que saltan de provincia, aunque sin salir de la comunidad; el 30% (5.997) de los que se marcharon a otra región; y el 27% (2.930) de los que cogieron las maletas para viajar a otro país, según los datos de 2015 recopilados por el IGE.En cuanto a las inmigraciones, de las más de 49.500 dentro de una misma provincia, el 24% fue ese año de personas con entre 25 y 34 años y un 26% en las procedentes de otra provincia gallega o comunidad. El porcentaje cae hasta el 22% en las que llegan del extranjero porque los jóvenes que se van son un 10% más de los que vuelven.
