De nuevo, el gasto en medicamentos y material sanitario y de laboratorio de la Xunta se ha disparado por encima de la previsión inicial. La Consellería de Sanidade ha inyectado 100 millones de euros extra para afrontar esas necesidades a través de dos operaciones contables realizadas en noviembre y con las que no solo solventó las "insuficiencias" de fondos reservados para ambas partidas, sino que también pagó facturas pendientes de proveedores para no superar el límite legal de un mes en zanjar deudas y "evitar posibles reclamaciones de intereses". El montante equivale al 2,8% de los 3.513 millones que manejó de presupuesto total el departamento en 2016, de los que el 44% estaba destinado a sueldos.
Las modificaciones presupuestarias para afrontar gastos corrientes del Servizo Galego de Saúde (Sergas) resultan habituales en el Ejecutivo de Alberto Núñez Feijóo. La última se produjo en noviembre mediante dos operaciones con las que liberó 75,2 y 24,8 millones gracias al margen de endeudamiento extra que permite el Gobierno central al elevar del 0,3% al 0,7% el límite de déficit y a las liquidaciones positivas del sistema de financiación autonómica, que se refieren a que le pertenecían más fondos del Estado de los que recibió en 2014, lo que le permite recuperar casi 50 millones.
La operación de mayor cuantía fue una ampliación de crédito por los citados 75,2 millones, de los que 68,6 millones proceden del margen de déficit extra que logró Galicia gracias a que ya se había ajustado al 0,3% del déficit: el resto de deuda extra lo gastó en otras partidas. "El objetivo [?] es contar con crédito suficiente para poder imputar al vigente presupuesto los gastos derivados del suministro de este tipo de productos [productos farmacéuticos y material sanitario] en este ejercicio y, al mismo tiempo, reducir la media de pago a los proveedores", alega Sanidade en el expediente que libera los fondos, autorizado por la Consellería de Facenda.
En el caso de la transferencia de crédito de 24,8 millones, se recurre al mecanismo de imprevistos por razones análogas, aunque incluyendo un matiz: evitar el recargo por retrasos en el pago de facturas. "El objeto de la modificación solicitada es contar con crédito suficiente para afrontar las insuficiencias que se presentan en los distintos centros de gestión correspondientes al suministro de material sanitario, así como de otros suministros y material de laboratorio, para abonar las facturas pendientes de pago y así evitar posibles reclamaciones de intereses", justifica el departamento dirigido por Jesús Vázquez Almuíña.
Agilidad con las deudas
Desde 2013, las administraciones deben abonar sus facturas en 30 días, período al que se ajusta la media de la Xunta, aunque ello no significa que en algunos casos el pago se dilate más tiempo. En esos casos, el suministrador puede exigir intereses de demora. Sanidade ya tuvo que pagar 8,7 millones en mayo pasado por retrasos en el pago de facturas entre 2010 y 2012, como publicó este diario, período durante el cual las responsables de la consellería fueron Pilar Farjas (2009-2011) y Rocío Mosquera (2012-2015). La Xunta aseguró que siempre cumplió sus obligaciones y que no se produjeron más casos desde entonces. Las últimas estadísticas disponibles de Hacienda, correspondientes al pasado mes de octubre, sitúan a Galicia como la cuarta comunidad que antes abona sus deudas a suministradores con 18,4 días de media, doce menos que el tope legal y casi la mitad que los 35,3 de media autonómica.
El incremento de la factura de recetas, material y nóminas resulta habitual y ya ha sido criticado en ocasiones por el Consello de Contas. De acuerdo con la Intervención Xeral de la Xunta y los datos remitidos al Parlamento, en 2015, el gasto en esas partidas se elevó 420,6 millones respecto al presupuesto inicial, creciendo en 198,9 para fármacos, 96 para material y 125,7 para la plantilla (normalmente para sustituciones). En 2014, la cantidad alcanzó los 327 millones: 210 para medicamentos, 98 para salarios y 19 para otros conceptos como suministros.
