En la temporada pasada casi 1.700 gallegos tuvieron que ser hospitalizados por culpa de complicaciones por la gripe, y en más de un centenar de casos no pudieron superarlas. Los fallecidos, según publicó el Sergas en su momento, tenían una media de edad de 68 años. Sin embargo, entre los mayores gallegos, es precisamente el grupo de edades comprendidas entre los 65 y los 69 años el más reticente a protegerse contra la gripe. Así ocurre campaña tras campaña de vacunación, y ha vuelto a confirmarse en la última, que se cerró de forma oficial el 23 de diciembre tras nueve semanas de duración.

El último informe emitido por la Consellería de Sanidade permite constatar que solo el 40,52 por ciento de los gallegos de entre 65 y 69 años "fichó" en la cita para protegerse contra la gripe, lo que supone 14 puntos menos que el siguiente quinquenio de edades (70 a 74) y hasta 22 puntos si se los compara con los de 75 o más, que acostumbran a ser los más aplicados. No obstante, en todos los tramos se registra un incremento de registrados, lo que hace que el balance global confirme la previsión que el Sergas que avanzaba este diario: al final de la campaña se supera el 55% de cobertura.

En concreto, el porcentaje llegaría al 55,24 por ciento entre los gallegos en edad de jubilarse y supondría 1,2 puntos más que el alcanzado en 2015, a falta de que se puedan incluir a quienes acuden a vacunarse fuera de la campaña oficial, ya que el Sergas no recogerá las dosis sobrantes de los centros de salud hasta finales de enero. En todo caso, la cifra consolida una tendencia progresiva que se inició en 2013 pero que para el Sergas sigue sin ser del todo satisfactoria porque lo deja en torno a diez puntos de su objetivo: llegar al menos al 65% en esta población.

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En números absolutos las cifras muestran que un total de 365.341 gallegos de 65 o más años se habrían puesto la inyección, un 3 por ciento más que el año pasado, cuando fueron 354.587 los inmunizados en este colectivo. En el incremento puede influir que el Sergas haya recurrido a llamadas telefónicas para invitar a los reacios a sumarse a una causa que busca reducir el impacto de la dolencia en la comunidad. El año pasado, la estrategia de Sanidade funcionó bien, y acudieron a vacunarse el 91% de los tres mil convocados. Este año se llamó por ahora a unas 14.000 personas, según explicó el subdirector xeral de Información sobre Saúde e Epidemioloxía, Xurxo Hervada, con un resultado casi similar.

Con los datos de la campaña oficial cerrados, se constatan las diferencias entre áreas sanitarias. Como ocurría al principio Vigo se confirma a la cabeza de las más renuentes: solo el 51,25% de los mayores se vacunaron. Con todo, el porcentaje de mejora es de 1,4 puntos, superior al del conjunto de Galicia. Lo mismo ha ocurrido en Pontevedra, donde se alcanza el 53,2% de vacunados, 1,5 puntos más. No obstante, el récord en incremento lo ostenta A Coruña, que sumó 2,12 puntos, hasta el 53,28 por ciento, mientras que repiten como áreas con mayores más predispuestos Ourense y Lugo, con un 59,9 y un 59,4% de cobertura, respectivamente.