Cualquier niño gallego cree que leer y escribir es lo más natural del mundo. Sin embargo, hubo una época en que no se daba por sentado. Ahora que esa formación es casi universal, al menos en Occidente, a la Unión Europea le preocupa la alfabetización digital: saber manejarse con las nuevas tecnologías, en especial las de la información y la comunicación (TIC). Porque el futuro pasa por ahí y al lado de las desigualdades sociales se atisban ya el horizonte lo que denominan "desigualdades digitales". Para evitarlo se puede incidir en la infraestructura, a través de la mejora del acceso de la población a las redes a alta velocidad, uno de los deberes que la UE pone a sus miembros, pero al tiempo hay que formar a la población para que opere con internet y le saque partido.
"Quedarse al margen del avance tecnológico se ha convertido en una forma más de exclusión social a la que es preciso hacer frente", proclama la Xunta en lo que puede verse como el preámbulo de su Plan de Inclusión Dixital, con el que espera, hasta 2020, "conseguir que todas las personas tengan por igual la oportunidad de acceder, conocer y utilizar internet y las tecnologías con el fin de paliar la brecha digital y social existente y fomentar la sociedad digital".
Esa andadura no comienza ahora: la Xunta, a través de la Axencia para a Modernización Tecnolóxica de Galicia lleva desde 2011 con una oferta de cursos en la red de centros CeMIT, oferta que ha conseguido interesar a 62.100 usuarios, si se tienen en cuenta todos los registrados para participar en charlas, cursos u otras actividades de divulgación. Y ya no se trata tanto de enseñar los rudimentos del abecedario digital, lo que sería la alfabetización básica, aunque también, sino de capacitar para los que piden más. "Asistimos en los últimos años a una evolución de las necesidades de capacitación tecnológica, unida a la aparición de nuevos usos y servicios relacionados con las TIC. De la época en que los usuarios esperaban conseguir una iniciación en el manejo del ordenador y navegar por internet, pasamos a usuarios que ya demandan conocimientos de más nivel: redes sociales, internet en el móvil, comercio electrónico, trámites por internet, teleformación, participación pública ciudadana, realidad aumentada, etc", argumentan desde la Administración gallega.
Por eso entre los cursos ofertados por Amtega a través de la red CeMIT hay varios niveles e itinerarios. En el más básico se apuesta por el abecé de las TIC y por la seguridad. En esos cursos se enseña, por ejemplo, a buscar información en internet o a utilizar el correo electrónico, pero también a protegerse, porque un ordenador conectado puede estar amenazado, y a proteger a otros: los padres aprenden a supervisar cómo usan la red sus hijos, una habilidad necesaria en un contexto en el que casi 16.000 adolescentes quedan con extraños que conocieron por internet y 6.000 hacen apuestas.
A los que el nivel iniciación se les quede corto tienen el avanzado, enfocado en colectivos con distintas necesidades: empresarios, usarios de redes sociales, los que ven internet como fuente de ocio y los que buscan aprovechar su móvil o su cámara o entender de procesadores de texto y hojas de cálculo. Si en los dos últimos la formación es bastante especializada, el usuario que le busque utilidad a la red, pero no la necesite para su trabajo, tiene a su disposición un amplio abanico de opciones, desde cómo crear un blog a operar con el banco, descargar música de forma legal, organizar viajes, crear una base de datos para organizar colecciones... Entre los sugerentes títulos de los cursos está "No tires nada; véndelo o cámbialo a través de internet" o "Aplicaciones móviles para encontrar sitios y ofertas".
En la web http://faitedixital.xunta.gal se aglutinan todas las iniciativas, recursos y servicios de capacitación digital como un servicio público más. Además, mediante la plataforma EMA una veintena de cursos puede realizarse on line.
