El cierre de la Puerta Santa de la Catedral de Santiago puso ayer el broche final a los actos de celebración del Año de la Misericordia, justo una semana antes de que el Papa Francisco repita el mismo gesto en la Puerta Santa de la basílica de San Pedro en el Vaticano. Tras una procesión litúrgica desde la Puerta de Platerías y a través de la plaza de la Quintana, los sacerdotes que participaron en el acto religioso accedieron a la catedral de Santiago, que preside la Plaza del Obradoiro, por la Puerta de la Misericordia. El Arzobispo, Julián Barrio fue el último en atravesarla y el encargado de cerrarla, "como símbolo" porque "siempre abierta la Puerta que es Cristo". Barrio destacó "las muchas personas" que la atravesaron desde el pasado diciembre, hasta el punto de que la ciudad ha batido el récord de peregrinos alcanzado en 2010, cuando llegaron 272.412. La Puerta Santa de la Catedral de Santiago no volverá a abrirse hasta 2021.