El aviso que lanzó el responsable de Organización del BNG, Bieito Lobeira, a las diputaciones de Pontevedra y A Coruña, tras la ruptura del bipartito en la corporación provincial de Lugo, de someter a revisión los pactos de gobierno con los socialistas no tendrá mayor recorrido en los gobiernos provinciales de Pontevedra y A Coruña. Tanto el PSOE como el BNG de ambas instituciones aseguraron ayer que los pactos no están en riesgo y que la crisis se circunscribe de forma "puntual y excepcional" a la de Lugo, donde los nacionalistas abandonaron el ejecutivo en disconformidad con el procedimiento para aprobar los presupuestos provinciales, dado que el PSOE los cerró con el PP y el diputado no adscritos y alcalde de Becerreá, Manuel Martínez, el cual tiene abierto un expediente sancionador por parte del PSOE por favorecer inicialmente la presidencia de la Diputación al PP y, posteriormente, tras una moción de censura para devolver al mando a los socialistas, bloquear las iniciativas del BNG.

La presidenta de la Diputación de Pontevedra, la socialista Carmela Silva, y el vicepresidente, el nacionalista César Mosquera, coinciden en que la crisis lucense "no es extrapolable". "Nuestra relación es extraordinaria", destaca Silva, que añade que PSOE y BNG forman "un gran equipo que está preocupado por resolver los problemas de los ciudadanos de la provincia, por encima de las cuestiones de partido". La máxima responsable de la Diputación se declaró además "encantada con el equipo de gobierno" que preside.

En la misma línea, César Mosquera sostiene que la crisis de gobierno abierta en Lugo "no tiene repercusión" en Pontevedra, en la medida en que el bipartito provincial "no se plantea ningún desencuentro" .

En todo caso, Mosquera admite que lo ocurrido en Lugo supone romper el pacto, dado que se estableció para las tres diputaciones que gobierna el bipartito. En esta medida "hay que revisarlo, porque está roto", si bien explica que no tiene porqué afectar a los gobiernos provinciales de Pontevedra y A Coruña, que mantienen la ruta de trabajo trazada para todo el mandato.

Añadió que desde la ejecutiva nacional del BNG no hay ningún acuerdo al respecto, por lo que entiende que si alguno de sus miembros, en relación a Bieito Lobeira, hizo unas declaraciones en el sentido de que todos los pactos quedaban rotos "o fue impreciso en sus palabras o quien las recogió las magnificó".

En similares términos se expresó la vicepresidenta de la Diputación de A Coruña y responsable del área de Organización e Política Institucional del BNG, Goretti Sanmartín, quien aseguró que "ni el pacto" con el PSOE en esta institución "ni el de Pontevedra están en riesgo o peligro". "Ni el pacto de la Diputación de Pontevedra ni el de A Coruña están en peligro, puede quedar absolutamente claro. No hay riesgo de una situación similar a la de Lugo, que es excepcional", aseveró la dirigente nacionalista.

Sin embargo, Bieito Lobeira advirtió ayer en Lugo que la crisis en la diputación lucense obliga a los nacionalistas "a revisar la política de pactos con el PSOE", porque, advirtió, el BNG se considera "una fuerza política seria" que, cuando llega a un acuerdo político, "es para hacerle seguimiento y efectivizarlo". "En el resto de las instituciones, en las diputaciones de A Coruña y de Pontevedra, y otros ayuntamientos, lo que queremos es que esos acuerdos se cumplan", avisó.

En este sentido, quiso dejar claro que esos pactos se estudiarán con "lupa", porque "establecen una serie de compromisos en cuanto a la funcionalidad de estas instituciones.

Lo que sí se produjo ayer fue la renuncia efectiva de los dos diputados del BNG en la Diputación de Lugo, Antonio Veiga y Xosé Ferreiro, a sus cargos en el gobierno provincial. Dejaron sus despachos con las puertas abiertas, los ordenadores encendidos y los papeles encima de la mesa.