La parada cardíaca provocada por una enfermedad coronaria es la causa de fallecimientos más importante entre la población adulta en el mundo industrializado. Se producen unas 30.000 en España. Pueden suceder en cualquier lugar, como en la calle, aunque en la mayoría de los casos ocurren en el domicilio del paciente. Sus causas más frecuentes fuera de los hospitales, según la Xunta, son la fibrilación y la taquicardia ventricular, que pueden tratarse aplicando una descarga en el pecho del enfermo. Ahí entrarían en juego los desfibriladores semiautomáticos externos (DESA), cuya implantación en los centros públicos de gran aforo es obligatoria en varias comunidades, como Euskadi, por lo clave que resulta una rápida intervención para salvar vidas.

En Galicia, durante el año pasado, los servicios de la Fundación Pública Urxencias Sanitaria de Galicia-061 atendieron fuera de los hospitales por día casi una media de dos personas que habían sufrido una parada cardiorrespitaroria, hasta los 673 casos. El porcentaje de pacientes que recuperaron el pulso y sobrevivieron tras la aplicación del DESA fue del 25,6%, explican desde el 061.

Todas las ambulancias asistenciales de la red de transporte sanitario urgente de Galicia, un total de 101 vehículos, van equipadas con desfibriladores semiautomáticos externos. Pero estos dispositivos no son los únicos DESA que existen en Galicia. La Fundación del 061 lleva también un registro de todos los aparatos que se encuentran ubicados en centros públicos, desde pabellones deportivos, campos de fútbol, concellos, piscinas, aeropuertos, puertos, estaciones de servicio, colegios, edificios administrativos públicos, empresas de transporte e incluso cafeterías. En total, informan desde la Xunta, constan 510 dados de alta en toda la comunidad, pese a no ser obligatorio.

Precisamente, hoy la Consellería de Sanidade presente el anteproyecto de decreto que regula la instalación y el uso de desfibriladores externos fuera del ámbito sanitario, que podría ir en la línea de la regulación del País Vasco, donde son obligatorios en espacios públicos que superan un determinado aforo.