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Investigación gallega

Los campus mantienen las patentes

La caída en los registros de investigaciones únicas es inferior a la media estatal, que alcanza el 50% - En Galicia bajan un 8% las nacionales y un 26% las internacionales

Labores de investigación en la Universidad de Vigo // J. de Arcos

Las universidades gallegas, a través de sus grupos de investigación punteros en distintas áreas de conocimiento, resisten mejor la caída de registros de patentes que la media nacional. En el capítulo de licencias internacionales la bajada del número de patentes en el país alcanzó un 50% y en la comunidad gallega se detecta una disminución de las solicitudes que llegó al 26% entre 2011 y 2014. También en el ámbito de las patentes nacionales, siempre más numerosas en cifra que las internacionales, se reduce el volumen de solicitudes, aunque en menor proporción: entre las tres universidades gallegas si se compara el 2011 con el 2014, ejercicios analizados también en el ámbito nacional por el descenso de presupuesto destinado a patentes, cae un 8%.

Las patentes internacionales suelen ser más costosas que las nacionales, tanto desde el punto de vista de la competencia y los permisos como del dinero necesario para conseguir este tipo de distinción. A esta complicación de base se suman dificultades en función de la época por la que atraviesan las administraciones y en el ámbito de las licencias europeas han afectado especialmente los recortes presupuestarios. Los propios campus españoles, tras la publicación del informe de la Encuesta de Investigación y Transferencia de Conocimiento 2014, achacan a la falta de presupuestos la caída de patentes. En el ámbito nacional, el gasto en I+D+i de las universidades descendió hasta 3.187 millones en 2014, la cifra más baja desde 2010.

En Galicia bajan las solicitudes de patentes internacionales en dicho periodo pero a menor ritmo, teniendo también en cuenta que el comportamiento de las tres instituciones académicas gallegas no es homogéneo: las subidas y bajadas fluctúan en anualidades distintas, dependiendo también de la duración de la investigación, del año en el que entre el registro de la misma, etc... En el cómputo de las tres universidades, si la comunidad gallega registraba 46 solicitudes de patentes en 2011 en 2014 constan 34, un 8% menos. En total, en estos cuatro ejercicios la comunidad alcanzó 141 patentes solicitadas pese a las dificultades de financiación. Vigo, por ejemplo, pasó de 2 peticiones internacionales en 2011 a 10 en 2014 (en medio hubo 7 y 4 más). A Coruña pasó de 10 solicitudes en 2011 a 3 en 2014 (con cuatro concesiones destacadas de solicitudes previas que llegaron en 2013 y 2014). Santiago, por ejemplo, la universidad con mayor número de patentes (equivalente también a un número de investigadores mayor) logró 34 peticiones internacionales en 2011, 27 en 2012, 12 en 2013 y 21 en 2014. Ya en 2015 la USC aumentó hasta 41 el número de solicitudes y llegaron varios acuerdos de licencias de patentes a esta institución (hasta 12 en el último ejercicio), referidos a nacionales e internacionales.

En cuanto a las patentes nacionales, lejos de los 30.000 euros que pueden llegar a costar las europeas, siempre son más numerosas. En los campus gallegos descendió la cifra, pero en menor proporción que las internacionales, cuatro menos en cuatro años.

La Universidad de Vigo, en este caso, partía de 13 en 2011, alcanzó 21 en 2013 y en 2014 se quedó en 17. Santiago, por ejemplo, tenía 27 en 2011 y la cifra fue en descenso hasta las 16 de 2014 y A Coruña empezaba 2011 con 9, alcanzó 17 en 2012 y bajó a 12 en los dos últimos ejercicios del periodo analizado. En 2015 la Universidad de Vigo bajó un poco tanto en nacionales como en internacionales. Es un efecto, según la propia institución, del descenso en la financiación. Según explican en el organismo encargado del control de este tipo de licencias, de la RedOTRI, a partir de 2009 y 2010 empezó a escasear la financiación de convocatorias públicas de investigación y desarrollo, lo que tuvo consecuencias en proyectos que antes se financiaban y también, como es lógico, en el paso final del recorrido del proceso investigador, que suele ser la consecución de la patente.

Plazos

Además de la dificultad de financiación, según las propias instituciones académicas, las patentes también implican complicaciones en los plazos para llegar a la concesión final y a la explotación real de la investigación, el paso último del proceso de transferencia. Acontece con los acuerdos de licencias de patentes: "una patente solicitada en 2012 se podría licenciar en 2015".

Tras la solicitud, las patentes pasan por un periodo de examen para verificar el proceso que se intenta proteger. También está la fase del interés de una empresa por utilizar un determinado procedimiento o propuesta asociada a la patente. La licencia puede tardar tres o más años, dependiendo también del interés de la empresa en la misma.

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