La posibilidad de hacer historia siempre tienta a los políticos y Xosé Manuel Beiras no es una excepción, aunque para ello tengan que emborronar sus propias promesas pasadas. Sus palabras abriendo la puerta a ser candidato de una Marea gallega en las autonómicas de octubre, a pesar de sus 80 años y problemas de salud, evidencian que la idea de ser cabeza de cartel de una fuerza con opciones de liderar un cambio e inscribir su nombre como presidente de la Xunta empieza a seducirle, a pesar de que los planes iniciales de Anova no pasaban por situarlo de nuevo como punta de lanza.
La izquierda rupturista reconoce que empieza a ir justa de plazos para armar un proyecto que ofrezca credibilidad, pues sus integrantes poseen ritmos y problemas internos propios, al tiempo que la presencia de Podemos está condicionada por su pugna por el liderazgo gallego, la crisis estatal y la conformación de un gobierno con el PSOE.
La reacción ayer a las palabras de Beiras, en las que reconocía poco verosímil ser candidato, pero ponía en valor su función cohesionadora, evidencian cierta dependencia del exlíder del Bloque. Nadie se atreve a pedirle -y menos en público- que dé un paso atrás, a pesar de que el propio Beiras arremetió con ferocidad contra la edad de Fraga en su época más beligerante antes de sus últimos días de paz, piano y conversaciones de filosofía.
Martiño Noriega, número 2 de Anova, resumió el sentir en su fuerza. "Todo lo que diga el señor Beiras bien dicho está", indicó antes de añadir que "el candidato lo va a determinar el proceso". Desde En Marea, la podemita Ángela Rodríguez lo ensalzó como referente, pero dejando en manos de unas primarias la confección de listas, pese a salir electa en una elección con listas plancha. "Ojalá contemos en esa candidatura con personas como Beiras", añadió su compañera Yolanda Díaz.
En principio, Anova preveía mantener la incertidumbre sobre el papel de Beiras para no descartar de inicio al que consideran uno de sus mayores activos junto al empuje electoral de la marca Marea. En la última fase, daría un paso atrás.
Las declaraciones del domingo evidencian que la idea de ser cartel electoral revolotea en la melena blanca de Beiras, que se ve ante la oportunidad de rubricar un epílogo histórico no solo como líder de la segunda fuerza de Galicia -él ya ocupó ese puesto con el BNG-, sino que podría encabezar una Xunta alternativa al PP si este no revalida la mayoría absoluta, aunque existe la posibilidad de que gobierne gracias a Ciudadanos. Sería el primer presidente nacionalista.
Tras retomar su vida política con el experimento AGE, que pasó del éxito a la descomposición en cuatro años, y resucitar con su alianza con Podemos, Beiras ya se ofrece como cartel electoral, aunque deslizando que no agotaría la legislatura. Las cábalas entre los rupturistas se disparan, con opciones como una suerte de presidencia con un vicepresidente ejecutivo, algo poco verosímil en una alianza con el PSdeG que reclamaría su cuota de poder. También resulta difícil de imaginar a Beiras en el Parlamento de comparsa tras ir en las listas como telonero.
A su favor, cuenta con su tirón electoral y el cesarismo con que opera, sin contrapesos que, aparentemente, se atrevan a quitarle de la cabeza lo que parece incluso una decisión contraria a las indicaciones médicas para una persona de su edad y con problemas cardíacos. Pero su papel central serviría para rebajar cualquier posible tensión entre los socios de esta alianza, como las que surgieron con Podemos en el Congreso a propósito de la incapacidad de lograr grupo o a la marginación de En Marea en las negociaciones para formar gobierno.
Su maximalismo, con sus puestas en escena calculadas como el puñetazo en el escaño de Feijóo, agita a su electorado, y conecta con los jóvenes, pero también podría provocar que recelase ese plus de votantes cabreados necesario para dar un salto cualtitativo en diputados y que desconfía de una figura que lleva en política media vida, pero nunca ha gestionado un euro público.
La conformación de la Marea gallega comenzará a activarse este domingo, con la celebración de una reunión de Anova donde plasmará sus propuestas centrales, y de una mesa de mareas municipales, clave en la integración de la Marea Atlántica. Además, el 12 Podemos tendrá ya nuevo líder en Galicia. Pero, otra vez, la palabra de Beiras será clave.
