Los ayuntamientos gallegos se volcaron el pasado año con las inversiones, desbordando notablemente las cantidades iniciales recogidas en sus presupuestos. El gasto final del conjunto de los concellos de la comunidad fue de 335,8 millones de euros, casi un 67% por encima de las previsiones presupuestarias. De hecho, los municipios gallegos fueron los que más incrementaron las inversiones, con respecto a las partidas iniciales, de toda España, según los datos provisionales de ejecución presupuestaria divulgados ayer por el Ministerio de Hacienda.
Este comportamiento, de dedicar a inversiones reales cantidades muy superiores a las programadas, fue común a todo el Estado, una práctica que guarda relación con el hecho de que el pasado ejercicio fue año electoral. Así, los ayuntamientos gastaron de media un 25,8% por encima de las previsiones aprobadas en sus cuentas. Y al frente de todos ellos se situaron los gallegos. Planificaron un gasto de 201,2 millones de euros y acabaron desembolsando casi 336 millones, contando las nuevas inversiones y las partidas arrastradas de compromisos de años anteriores. Un desfase del 66,8% (134 millones más). Superior al registrado por los municipios valencianos, que fue del 63,7%, y los de Castilla-La Mancha, que rebasaron el 53%.
Esta desviación, dando un mayor peso a las inversiones, fue posible por varias razones, según se desprende de los datos facilitados por el Ministerio de Hacienda. En el caso de Galicia, porque finalmente los ingresos por impuestos directos fueron superiores también a los previstos (28 millones más), al igual que las transferencias procedentes de otras administraciones (86 millones). En total, los derechos reconocidos que nutren las arcas municipales alcanzaron en 2015 los 2.274 millones de euros, 100 más que los presupuestados, ya que las tasas y los tributos indirectos tuvieron un peor comportamiento del esperado, ofreciendo una menor recaudación.
En las partidas de gasto también se produjeron reajustes que dejaron margen para empujar las inversiones. Así, se redujeron, con respecto a las previsiones iniciales, apartados como el de personal (15 millones), el de bienes y servicios (29) o el de las subvenciones (13 millones). Los gastos totales fueron de 2.210 millones de euros, 64 menos que los ingresos, si bien 118 millones corresponden a préstamos bancarios, que al final fueron 29 más de los programados en las cuentas municipales.
El resultado final es que en ninguna otra comunidad, siempre según los datos del Ministerio de Hacienda, se registró un incremento tan notable en el capítulo de inversiones por parte de los respectivos ayuntamientos. Muy cerca se situó Valencia, con apenas 3 puntos de diferencia, y ya a más distancia, Castilla-La Mancha (53%), Baleares (50,5%), Murcia (48%) o Extremadura (41%). Junto con Andalucía, Asturias, y Cataluña fueron las únicas comunidades en que sus concellos superaron la media nacional de desviación presupuestaria en inversiones, que fue del 25,8%.
El resto se quedó por debajo y de ellas, solo dos, La Rioja y Madrid, gastaron por debajo de las previsiones iniciales. En el caso de los municipios riojanos, un 42% por debajo de los objetivos, mientras que en Madrid el desfase fue del 8,8%.
