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Cuando la imagen del espejo pesa más que la realidad

El 20% de los chicos gallegos se ve demasiado delgado y querría lucir más músculo, pero solo el 4% está por debajo del peso idóneo - El 25% de las jóvenes se ve con kilos de más y tiene sobrepeso una de cada 5

No llegan ni a la mitad los gallegos que se muestran satisfechos con su peso. O al menos así se lo confiesan a la Consellería de Sanidade. Incluso los chicos de entre 16 y 24 años, que tienen a la juventud y a la biología de su parte, como defienden los expertos, observan contrariados su volumen corporal en casi cuatro de cada diez casos, como revela el sistema de información de conductas de riesgo del Sergas de 2015.

El problema más extendido entre la población general es que considera que tiene "exceso de peso", cuando no se declara sencillamente "gorda", percepción que también destaca en el caso de las chicas y que, sin embargo, se da la vuelta si se analizan los varones de su misma generación, que se ven demasiado delgados. Traducido al lenguaje práctico y sintetizándolo, como proclama el catedrático de Psicología Clínica y profesor de la Universidade de Santiago (USC) Emilio Gutiérrez, "los chicos quieren ganar volumen y ellas quieren perderlo".

Las modas siguen el marcando el compás de la vida de muchos jóvenes y deformando la imagen que perciben de sí mismos el espejo. Mientras las chicas están sometidas a un bombardeo continuo de un canon de belleza que prima lo esbelto, a veces hasta lo patológico (como demuestran las recientes denuncias de la Asociación de Bulimia y Anorexia de Pontevedra ante la Fiscalía de webs que presentan estos desórdenes psicológicos como "estilos de vida"), ellos están cayendo también en las redes de una moda que enfatiza los cuerpos musculosos.

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Las consecuencias de esta presión se observan en los resultados sobre apariencia y peso que analiza el Sergas. Así, una de cada cuatro chicas cree que tiene exceso de peso o se ve "gorda". En realidad, según las estadísticas de la Xunta, no son del todo objetivas, sino que sobrevaloran sus kilogramos, ya que cuando se analiza su índice de masa corporal el diagnóstico es que sería una de cada cinco la que tiene un saldo de más con la balanza.

Los varones de su generación cojean del pie contrario. Uno de cada cinco asegura que su peso no es el "adecuado", sino que está "algo delgado" o "muy delgado", una percepción que tampoco encaja exactamente con lo que indican las estadísticas de su índice de masa corporal, que apuntan a un problema de bajo peso solo en el 4,41% de los casos.

Para Emilio Gutiérrez, responsable de la Unidad de la USC Venres Clínicos, centrada en buscar una terapia eficaz de la anorexia nerviosa, el que casi el 25% de las jóvenes se vea gorda no implica que estén "en riesgo de nada". "Es así históricamente y lo que significa es que las mujeres en general son más críticas que los hombres y también lo son con respecto a su peso", explica. En el caso de los chicos, señala que "lo que quieren es tener más volumen, ser más musculosos, más fornidos, porque lo asocian a un tipo más masculino". "Querrían medir 1,80 y ser David Cal", apunta, y añade que incluso los que van al gimnasio y están musculados "aún consideran que no es suficiente".

Ambos, sostiene, entienden el concepto de delgadez de forma diferente: "Mientras ellos quieren destacar sus bíceps, ellas a veces están atormentadas por sus gemelos". Explica que una mujer suele percibir como un "comentario positivo que le digan que está delgada" mientras que un varón lo entenderá como "que no está creciendo". Estas dos visiones provocan efectos diferentes. "Por eso las chicas caen más en la anorexia mientras los chicos caerían en el otro extremo, hacia la hipermusculación", apunta Gutiérrez.

Este especialista tampoco considera que haya motivos para alarmarse por que el colectivo de chicas de 16 a 24 años sea el que concentra el mayor porcentaje de un peso (medido en IMC) por debajo de lo que sería saludable: un 10,37%. Porque, sostiene, es "bastante natural" que una chica esté delgada. Luego, con la edad, "se tiende a acumular" peso.

Frente a las corrientes que fomentan un ideal de cuerpo estilizado, Gutiérrez opone nuevos aires que, en el caso de la mujer, empiezan a mirar hacia tallas "normales", incluso en la moda y en la publicidad, mientras los varones comienzan a sentir la presión sobre su aspecto. "En la cultura pesan varias fuerzas a la vez", afirma, desde las que empujan a estar "sanos" a otras que incitan incluso a la "cirugía", una lucha que "persistirá".

Gutiérrez opina que existe "una presión por mantenerse en forma y por tener un cuerpo de 18 años durante toda la vida" y augura que eso conllevará problemas, "pero no vinculados a la anorexia". A su juicio, el gran problema del futuro es la obesidad, porque "no todo el mundo puede ser anoréxico, pero casi todos pueden ser obesos".

A la Xunta le preocupan los dos extremos, pero como el sobrepeso va ganando en la comunidad el Ejecutivo gallego concentra sus esfuerzos en ese lado de la balanza, sobre todo en los niños, porque uno de cada tres tiene sobrepeso y en Primaria uno de cada diez sufre obesidad. Con ese fin creó el programa Xermola.

Y si los jóvenes cuestionan en mayor o menor medida su aspecto, la población general también se observa a través de un espejo deformado. El 44% cree que supera los límites de lo "adecuado" por arriba y el IMC indica que se quedan cortos: el 56% tiene algún kilogramo de más aunque solo 17 de cada cien puedan definirse como obesos. Un 8,8 por ciento estima que peca de lo contrario, y ahí también apuntan mal, ya que los datos del índice de masa corporal reflejan que solo están por debajo del peso saludable un 1,59 por ciento.

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