Uno de los objetivos que busca la polémica reforma local es calcular el gasto real de los ayuntamientos en los servicios públicos que prestan al ciudadano, pero con un método homogéneo para toda España que permita comparar las cifras y así determinar quiénes son más eficientes y quiénes están afrontando un coste muy superior a la media. Eso sí, sin penalizaciones para los concellos, como había planteado inicialmente el Ministerio de Hacienda en uno de los diez borradores de la reforma local, que finalmente tuvo que dar marcha atrás en esta propuesta ante la presión de las administraciones locales, incluidas las del PP. La última radiografía, correspondiente al ejercicio presupuestario del año 2014, permite constatar que el coste por habitante de servicios básicos municipales, como alumbrado público, recogida de basura o abastecimiento de agua potable a los domicilios, supone diferencias de hasta el doble entre las ciudades gallegas. Así frente a los 123,3 euros por vecino del ayuntamiento de Pontevedra, en el de A Coruña la minuta asciende a 213 euros.
En 2013 fue el Ministerio de Hacienda el responsable de calcular el llamado coste efectivo, pero en la responsabilidad sobre los cálculos de 2014 recayó en los propios municipios, que han tenido que plasmar al detalle los gastos de todos los servicios y prestaciones que ofrecen al ciudadano. Al revés que el primer año que se hicieron públicos estos datos tras la entrada en vigor de la reforma local, Hacienda no ha validado las cifras, sino que esta vez solo se ha limitado de volcar el balance facilitado por las administraciones locales.
Y las diferencias de gasto que suponen para cada ciudad gallega son evidentes. Donde más caro resultan los servicios municipales de alumbrado, recogida y tratamiento de basura y abastecimiento es en A Coruña, a razón de 213 euros por habitante. La más barata es Pontevedra, con 123,3 euros, y entre medias se mueven el resto de urbes: Vigo (198,8 euros), Ferrol (193,9), Ourense (172,7), Santiago (166,9) y Lugo (151,9), según los datos aportados por los ayuntamientos al Gobierno central.
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Evidentemente, parte de la diferencia de costes guarda relación con la extensión del término municipal, la red de calles, los puntos de alumbrado público habilitado y el periodo de encendido de las farolas, las canalizaciones de agua o la distancia a la ciudad desde la estación de captación y bombeo. De los datos facilitados a Hacienda no se puede deducir si el coste es el óptimo, es decir, si un ayuntamiento ofrece mejor un servicio que otro o si ha sabido contratar con mayor eficiencia su prestación a una empresa.
Pero el caso es que comparando las siete ciudades gallegas, hay diferencias de coste de hasta el triple en cada uno de los servicios. Así, mientras el alumbrado público en Ourense sale a 13,5 euros por habitante -la más barata-, en Lugo es de 39,7 euros, justo el triple. En Santiago también resulta caro, 35 euros por vecino, si se compara no ya con Ourense, sino con Vigo (28,2), Pontevedra (29,1) o A Coruña (21,5).
Fuera de Galicia y a modo de referencia, el alumbrado público cuesta en Madrid 25,2 euros, mientras que en la ciudad de Barcelona se queda en 17.
En la recogida de basura, el mayor coste corresponde al Concello de Ourense, a razón de 111 euros por habitante, mientras que en la parte baja de la tabla figura Lugo con casi 50 euros por vecino y año. La segunda ciudad con el precio más elevado en Ferrol, con 87 euros, a la que sigue A Coruña, con 85,1.
En cuanto al abastecimiento de agua, la ciudad de A Coruña es la que exige un mayor esfuerzo de gasto, de 106,4 euros por ciudadano, algo más del doble de lo que cuesta en Pontevedra, donde sale a 41,6 euros. Las demás ciudades se mueven entre los 48 euros de Ferrol y los 93 de Vigo.
