La gastronomía, los eventos en las ciudades y los balnearios fueron los alicientes que empujaron a los turistas tanto gallegos como de otras comunidades a salir de casa durante el puente de la Constitución y hacer una escapada a tierras gallegas. A falta de datos oficiales, el representante de la provincia de A Coruña en el Clúster de Turismo de Galicia, Francisco Canabal, confirma que se trata de las mejores cifras desde el inicio de la crisis durante este puente festivo. Si en el último trimestre del año, cuando el sector entra en la temporada baja, los hoteles apenas cubren la mitad de sus plazas, entre sábado y martes se superó esa media y en ciudades como A Coruña incluso se superó el 60%. Canabal destaca que ciertos eventos contribuyeron a ganar afluencia a la ciudad coruñesa, mientras las Rías Baixas el protagonista fue el marisco y las jornadas de exaltación del centollo en O Grove también sirvieron de atractivo a los amantes de la gastronomía gallega. Canabal destaca que en este puente el movimiento de viajeros se produjo del norte al sur de Galicia -los de A Coruña a Vigo- y viceversa, además de gente de Madrid y de otras comunidades "que vinieron a comer marisco".

El interior gallego vive en otoño su agosto gracias a los balnearios. Los hoteles destinados a este sector en la provincia ourensana rozaron el 100% estos días, al igual que otros alojamientos copados con reservas de familias que viajaron a tierras ourensanas para disfrutar de las termas o visitar la Ribeira Sacra.

El buen tiempo es en otras autonomías uno de los factores que empujan a los turistas a hacer la maleta, pero en Galicia la meteorología no es clave. Según Canabal, lo que animó a la gente a viajar este puente fue la confianza al tener una situación económica más favorable que les permite "soltar el dinero con menos miedo".

Esa es la tendencia que el turismo gallego notó durante todo el año y lo que provocó que las cifras de viajeros y ocupación se recuperasen mes tras mes respecto al año pasado y sobre todo en verano alcanzando los mejores datos desde el inicio de la crisis. Los hoteleros confían en cerrar el año en esa línea ascendente.