El Consello Galego de Universidades aprobó ayer por unanimidad el nuevo plan de financiación para el quinquenio 2016-2020 que dispondrá de casi 2.480 millones de euros para las tres instituciones académicas. A pesar de que los tres rectores votaron a favor del acuerdo por cuanto garantiza la estabilidad financiera y permite realizar una planificación a cinco año conociendo los recursos públicos que van a obtener con incluso la posibilidad de incrementarlos, los tres también encuentran motivos de reproche, sobre todo por la nueva fórmula propuesta para la financiación variable. Los de Vigo y A Coruña, cada uno por sus razones, critican los nuevos criterios de reparto para fijar la distribución de fondos en función de los resultados, que suponen un cambio radical con respecto al anterior plan, mientras que el de Santiago considera insuficiente la cuantía global.

El nuevo plan arranca con un 33% de los fondos ligados a resultados, pero con la previsión de que en 2020 supongan al menos el 40%. El resto del dinero, que parte de un 66% de inicio, es la llamada financiación estructural, destinada a cubrir los costes del personal docente y administrativo, que se calcularán en función del número de alumnos matriculados. Con respecto al plan anterior, significa la supresión de los llamados criterios históricos -que beneficiaban a la universidad de Santiago por ser la más antigua- y se avanza hacia la equidad en la distribución de los fondos estructurales, sin que unas reciban más que otras.

Pero es en el reparto del fondo de resultados donde surgen las discrepancias. "Es un paso atrás y más regresivo que el modelo anterior", sentencia el rector de la Universidade de Vigo, Salustiano Mato. Lo primero porque aunque en teoría los fondos variables llegan al 33%, en la práctica, asegura, se quedarán en un 15%, dado que incluyen partidas finalistas que nada tienen que ver con los objetivos, como complementos retributivos para los profesores o sexenios y dinero para la UNED, los consellos sociales o la Fundación Rof Codina.

Es una fórmula ideada para corregir los déficits que arrastran las otras universidades, con dificultades para pagar nóminas o incluso hacer frente al gasto corriente.

Otro elemento de divergencia es el panel de indicadores que calcula producción y los resultados de las universidades, en función de los cuales reciben los fondos variables. En este aspecto, Mato censura que se prima la cantidad sin tener en cuenta el tamaño de la universidad o su número de efectivos, como estaba en el anterior plan y que a su juicio mostraba mejor el grado de eficiencia y de producción relativa. "Creo que ahí nos estamos engañando a nosotros mismos y, por tanto, hay que calibrarlo mejor", dijo.

El rector de Vigo también identifica otros factores con los que está disconforme, como es, a su juicio, la ausencia o minusvaloración de indicadores que considera importantes para medir la eficacia de una universidad, tales como la inserción laboral de los titulados, la internacionalización o la transferencia de conocimiento a la sociedad y al tejido productivo.

El rector de A Coruña, Xosé Luis Armesto, también censura abiertamente el modelo de reparto del fondo variable, cuyo "brusco cambio" en su concepción con respecto al modelo anterior no lo ve "razonable". Pide cambios y que se corrijan los indicadores de objetivos en materia de retención de talento, internacionalización, inserción laboral o colaboración empresa-universidad.

En un comunicado posterior al Consello de Universidades, el rectorado coruñés emitió un comunicado en el que asegura que el plan es "manifiestamente mejorable" porque el "cambio de rumbo" en los indicadores pueden generar "incertidumbres" en los objetivos a alcanzar y cuya selección "nunca es neutra" y podría estar asociada a singularidades.

Por su parte, el rector de Santiago, Juan Viaño, está de acuerdo sin embargo con los indicadores porque incluye algunos criterios de reparto que "desfavorecían" a la institución compostelana en el anterior plan, como la incorporación de complementos retributivos y costes de sexenios y de plazas vinculadas a la sanidad. "El nuevo plan es más clarificador, con indicadores mejor pensados, entendiendo que no todos se deben relativizar y que es muy difícil llegar a tener un panel que satisfaga a todos el mundo", comentó. En todo caso, considera que los fondos totales son insuficientes.

El conselleiro de Educación, Román Rodríguez, destacó el "esfuerzo negociador y la visión de país" mostrada por los rectores, "poniendo el interés general de Galicia por encima de los particulares".