"La reducción de diputados es innegociable" aseguraba en octubre de 2013 el vicepresidente de la Xunta y secretario xeral del PPdeG, Alfonso Rueda, y daba por hecha la reforma legislativa para que tras los comicios de 2016 la Cámara autonómica viese reducido los escaños en 14. "Vamos a cumplir nuestro programa electoral porque mucha gente apoya esta medida y está de acuerdo con que las instituciones se reduzcan", remarcaba Rueda. Justo dos años después, el titular de la Xunta anunciaba ayer que la reforma elaborada por el departamento de Rueda, quien está de viaje oficial en Uruguay, se retira del Parlamento. Es excepcional que un Gobierno saque de la Cámara un proyecto, sobre todo si sólo le faltaba un trámite, su aprobación en pleno.

El argumento es que los populares no quieren aprobar ahora "en solitario" un cambio que la oposición desde que el PPdeG lo puso encima de la mesa ha rechazado frontalmente. Feijóo justificó ayer que "la potente contestación" de la oposición, "superior a la prevista", a esta iniciativa provocó "una crispación intensa" en los debates parlamentarios. Tras "analizar las prioridades de la agenda política" la Xunta ha decidido que no aprobará el recorte en solitario, explicó el titular del Ejecutivo gallego. Si algún grupo de "la oposición "fragmentada"muda de opinión, rescataría el proyecto para su aprobación, pero no parece probable.

La oposición que gusta de suspicacias no se fía y sospecha que si el PPdeG no aprueba la reforma de Rueda, después de proclamar que la sacarían adelante sí o sí, es porque le conviene en su estrategia de "renovación de caras, políticas y actitudes". Los populares justifican que imponer el adelgazamiento de la Cámara sin el plácet de la oposición anularía la posibilidad de cualquier pacto de aquí a finales de legislatura, aunque éste ya es difícil de por sí siempre en la recta final de mandato y ante la cercanía de las elecciones.

El proyecto de reducir escaños como medida de ahorro de 1,2 millones de euros anuales o casi 5 millones por legislatura es viejo. Ya data de la anterior legislatura, pero el PPdeG lo incluyó en el programa electoral de 2012 y recuperó en este mandato la iniciativa, que fue redactada por el equipo de Alfonso Rueda. El texto, a la búsqueda de limar asperezas con la oposición, ya sufrió cambios. Las fuerzas en minoría denunciaban"un pucherazo" al "favorecer" los feudos populares de Lugo y Ourense, los mayores graneros de voto del PPdeG.

Desde Vicepresidencia rectificaron, pero no fue suficiente, pues la oposición seguía pensando que se reducía la capacidad de los partidos pequeños para conseguir escaño. Con la nueva ley, habría que recoger más papeletas, un 27% más de media, para hacerse con un acta de diputado.

Que guardar en el cajón el proyecto era lo más probable casi estaba cantado. Con la excusa de que había tiempo porque no se aplicaría hasta después de las elecciones autonómicas de 2016, el PPdeG fue demorando la tramitación de la reforma, y luego la aparcó de nuevo para pactar con el PSdeG la renovación de cargos institucionales en el Valedor do Pobo, el Consello de Contas y la CRTVG.

En su momento, se vendió como un recorte ejemplar en tiempos de austeridad para paliar las críticas por recortes más sociales que la ciudadanía no aceptaba de buen grado. Ahora que desde la Xunta dan por cerrada la época de los ajustes y anuncian más gasto en política social, ya no es una prioridad.