Podemos lanzó ayer una advertencia a sus posibles socios. Para ganar los comicios y cambiar las políticas actuales, es necesaria una unidad de acción y no un grupo parlamentario "testimonial" y de "discurso perfecto". Su secretario general, Pablo Iglesias, lanzó este dardo en alusión a Izquierda Unida en su reaparición tras las vacaciones, pero su discurso afecta al debate acerca de su alianza con las Mareas gallegas. "No vamos a acabar con los desahucios o el fraude fiscal con grupo parlamentario. Lo haremos si logramos ganar", sentenció.

Iglesias compareció rodeado de la plana mayor de su formación, con la gallega Carolina Bescansa justo a su espalda. Esta ya avanzó el domingo en FARO que una coalición con una hipotética Marea gallega que integrase plataformas cívicas y partidos como Anova o EU no podría contar con grupo propio en el Congreso.

El líder de Podemos se mostró ambiguo sobre las alianzas, aunque confió en cerrar un acuerdo en Galicia -"son muchos más los elementos que nos unen que los que nos separan", dijo-. "Ojalá podamos celebrarlo pronto", confió ofreciendo "generosidad" de su formación, en alusión a la entrada de personas en la candidatura de su formación al Congreso "en igualdad de condiciones". A la Marea incluso podrían ofrecerle autonomía dentro del grupo de Podemos en el Congreso.

Pero también dejó claro que mantienen "líneas rojas" en cuanto a las alianzas para las elecciones generales, que pasan por incluir su nombre en la papeleta. De hecho, las bases del partido aprobaron con más del 84% permitir alianzas siempre bajo la fórmula Podemos-Otro partido, como sucede con Podemos-Catalunya, que sí es Pot en los comicios catalanes de septiembre.

El partido violeta no renuncia a sus siglas en la papeleta, lo que dificulta el acuerdo en Galicia. Xosé Manuel Beiras, líder de Anova, ya planteó su apuesta por un nuevo sujeto político sin que ninguna formación estuviese supeditada a Podemos y que permitiese contar a Galicia con un grupo propio.

La coalición Podemos-Marea impediría esta fórmula, según reconoció Bescansa, si bien fuentes participantes en las negociaciones con Podemos apuntan que existiría alguna alternativa. Precisamente la falta de ese grupo ha sido el flanco que ha usado el BNG para censurar la alianza con Podemos, a los que ha tachado de arrogantes en su llamamiento para crear una candidatura exclusivamente gallega. Las fuentes consultadas coinciden en que los tiempos podrían alargarse hasta los últimos momentos y que Beiras podría resultar determinante.

Rodeado de la mayor parte del Consejo de Coordinación de su partido, Iglesias, que citó a la Marea Atlántica como ejemplo de propuestas de unidad, sí varió su discurso en un aspecto. En un principio, limitó las posibles coaliciones de Podemos a Galicia, Valencia, Cataluña y Baleares. Ayer fue un paso más allá y anunció acuerdos "por abajo" y no entre cuadros con sectores sociales, "atendiendo a particularidades territoriales, locales e incluso provinciales", donde podría haber "fórmulas diferentes", sin concretar cuáles. Eso sí, tal como recoge el acuerdo de sus bases, dio un portazo a una alianza de unidad a nivel estatal, como reclaman IU o la plataforma Ahora en Común. Iglesias aseguró que estaría "encantado" de contar con personas de otros partidos, pero a título individual.

A este proceso se refirieron ayer los alcaldes de Santiago y A Coruña. El primero, Martiño Noriega (Compostela Aberta) defendió que "únicamente" se construirá ese bloque popular "si todo el mundo renuncia a algo". El segundo, Xulio Ferreiro consideró que si existe voluntad de unión "el resto va a ir solo" y usó una frase similar a Iglesias. "Las cuestiones que nos unen pueden mucho más que las que pueden separar", dijo.

Por otro parte, Podemos Galicia y Esquerda Unida se reunieron ayer para avanzar en la confección de esa alianza.