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Laura María Arroyo Fernández: "Soy como cualquier otra chica de mi edad; simplemente me organizo bien"

"Hace poco supe que quería hacer Bioquímica", confiesa la pontevedresa

Laura Arroyo, ayer, en Pontevedra. // Santos Álvarez

Igual que Diego, que describe sus actividades con "lo típico que hace un adolescente cualquiera", la pontevedresa Laura Arroyo también insiste en subrayar que es "como cualquier otra chica" de su edad. "Simplemente", añade, "me organizo bien". Esa es su receta para conseguir un 9,9 en Selectividad, la segunda nota más alta de Galicia junto al compostelano Francisco Darío Lago. Porque el estudiar no es incompatible con seguir manteniendo lo que para ella es una afición de toda la vida, el ballet, o salir con los amigos y pasárselo "bien", actividad que describe como su hobby "principal". "Estudiaba cuando tenía que estudiar, pero salía cuando tenía que salir. Son importantes las dos partes", enfatiza. Y es que divertirse un rato, añade, puede servir para "despejar las ideas" si estás demasiado "saturado" de los libros.

Laura, que tampoco esperaba un puesto tan destacado entre los máximos anotadores de la Selectividad y que está "muy contenta" por ello, también eligió las ciencias, en su caso Bioquímica, una carrera "relativamente nueva" y en la que aspira a satisfacer su interés por conocer "cómo funciona por dentro todo". "Soy de ciencias desde siempre y quería hacer Bioquímica. La idea la tuve clara desde hace poco", cuenta, cuando empezó a "dar más a fondo Biología", un campo que siempre la "llamó".

No es la única decisión que tiene que tomar, porque ese grado no existe como tal en Galicia, y puede escoger entre Madrid, Barcelona y alguna localidad más donde oferte la titulación una universidad pública, aunque el Bachillerato lo realizó en el CPR Sagrado Corazón de Jesús, de Pontevedra, un centro privado en el nivel post-obligatorio.

Esta joven, que se quedaría a estudiar en la comunidad "si pudiese" formarse en la especialidad que desea y que volverá si le ofrecen la "oportunidad", reconoce que los docentes que la educaron tienen un papel" en sus logros. Aunque, defiende, hay "una parte de trabajo" que solo puede realizar uno mismo, que es estudiar.

Pero ahora esa tarea queda aparcada por un momento. Para Diego y Laura, como explica el primero, empieza un verano para "disfrutar, relajarse y estar con los amigos". Y después, incluso cuando la vida universitaria comience, tampoco quieren renunciar a lo que les gusta. A Laura, el ballet, y expresa su deseo en voz alta: "A ver si saco tiempo".

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