La crisis ha pasado factura al tradicional raquitismo financiero de la administración local. Pese a estar más asfixiados por las deudas y la caída de los ingresos propios, uno de cada diez ayuntamientos gallegos sigue gastando más de lo que tiene. Aunque le recesión económica ha llevado a los alcaldes a aplicar una "economía de guerra" para ajustar al máximo cada euro que sale de las arcas municipales, las políticas de austeridad no han sido suficientes en un total de 36 concellos que cerraron las cuentas de 2013 en números rojos. Soportan grandes cargas de gastos fijos y los ingresos por los servicios que prestan a sus vecinos y la recaudación de impuestos y tasas -el combustible de los presupuestos locales junto con las transferencias- no le llegan para cerrar en año con un saldo positivo.

Según las liquidaciones presupuestarias definitivas del año 2013 que acaba de publicar el Ministerio de Hacienda, diez concellos de la provincia de A Coruña, siete de Lugo, once de Ourense y otros siete de Pontevedra cerraron sus cuentas con un desfase presupuestario entre ingresos y gastos.

No obstante, el balance de 2013 está muy lejos del número de concellos que antes de la crisis tenían más gastos que ingresos. En 2007, las liquidaciones presentadas por los ayuntamientos gallegos dejaban al 40% en número rojos, con Sanxenxo, Cangas, Oleiros, Miño, Rianxo, As Pontes, Ponteareas, Narón, Moaña y Teo a la cabeza de estos desfases. En 2010, la situación se agravó con casi la mitad de los ayuntamientos gallegos -un total de 146- con un saldo presupuestario negativo. En una docena de ellos, los gastos superaban entonces en más de un 20% sus ingresos.

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Ranking

Ninguna de las ciudades gallegas está en la lista de Hacienda por su desfase presupuestario en 2013. El peor saldo de las administraciones locales en las cuentas de hace dos años lo registraron los concellos pontevedreses de Lalín y Catoira, con un balance de -4,6 millones y cerca de -1,7 millones, respectivamente.

A gran distancia le siguen los ayuntamientos coruñeses de Ribeira (-765.041 euros), Arteixo (-593.597 euros) y Abegondo (-427.576 euros).

Ourense es la provincia gallega con el mayor número de concellos que registraron desfase presupuestario. Hasta un total de 12. Todos de pequeño tamaño, algunos por debajo de los mil habitantes. Se trata de Beade, Calvos de Randín, Castrelo de Miño, Gomesende, Larouco, Nogueira de Ramuín, Piñor, Punxín, Rairiz de Veiga y Vilardevós. Con poco más de 2.000 vecinos, Nogueira de Ramuín cerró sus cuentas de hace dos años con un saldo negativo de casi 390.000 eruos. Y Castrelo de Miño, con apenas 1.700 habitantes , registró un desfase presupuestario de -244.000 euros.

Tanto en Lugo como en Pontevedra, siete concellos en cada provincia acabaron el ejercicio con saldo negativo. El mayor desajuste en términos absolutos en Lugo correspondió a Antas de Ulla (-177.230 euros) y Meira (-148.846). En la provincia lucense también registraron desviación presupuestaria Abadín, Guntín, Negueira de Muñiz, Trabada y Triacastela.

En Pontevedra, los desajustes presupuestarios se dieron en Lalín, Catoira, Gondomar, Crecente, Fornelos de Montes, Rodeiro y Salceda de Caselas.

Por otra parte, Hacienda apercibió en otoño del año pasado a más de una veintena de concellos por haber incumplido el objetivo de estabilidad presupuestaria sobrepasando sus respectivos techos de gasto, aunque seis -A Coruña, Padrón, Pontedeume, Barreiros, Pol y Vilanova de Arousa- presentaban unos ingresos superiores a los gastos. En el caso del Concello coruñés, el saldo presupuestario en 2013 superó los cuatro millones de euros.

Nóminas

Tres de cada diez euros de los fondos que salen de las arcas municipales gallegas son para pagar las nóminas de la plantilla. Pese a los recortes metidos por las corporaciones desde el inicio de la crisis a los presupuestos -con un descenso medio del 7% en los ayuntamientos de la comunidad-, la partida reservada para salarios representa más del 30% de los gastos de un consistorio. De los más de 2.085 millones de euros gastados en 2013 por los concellos, casi 680,5 millones fueron para nóminas. Y, sin embargo, solo dedican el 10 por ciento de su presupuesto a inversiones.