El Ministerio de Fomento prevé sacar de las carreteras nacionales gallegas hasta 795.000 camiones al año. En su plan para mejorar la seguridad viaria y reducir los accidentes, el departamento que dirige Ana Pastor prohibirá el tráfico pesado en un total de 190 kilómetros de vías convencionales gallegas y les hará un descuento del 50% en los peajes para que circulen por autopista. Con esta medida se podrán desviar a la AP-9 entre 650.000 y 700.000 camiones al año, mientras que otros 95.000 tráilers se pasarán a la AP-53. La previsión es que esta medida se active ya a partir del próximo mes de abril.
La ministra Ana Pastor defendió ayer que "busca lo mejor para la seguridad vial y para el sector". Según explicó, las inversiones en infraestructuras deben ir acompañadas de medidas encaminadas a sacar el tráfico pesado de las carreteras nacionales y pone como ejemplo el caso de Cataluña, donde el tráfico de la N-II fue desviado a la AP-7, "con un excelente resultado".
La propuesta del Ministerio de Fomento de sacar tráfico pesado de las carreteras cuenta con el respaldo de asociaciones de automovilistas y camioneros, aunque el sector del transporte discrepa con la prohibición de circular por un total de 190 kilómetros de vías nacionales para obligarles a usar la autopista. Según explican, eso les supondrá un incremento de costes a pesar de la rebaja del 50% en los peajes que les ofrece el Gobierno. En todo caso, están dispuestos a sentarse a negociar y reclaman que se pueda circular totalmente gratis por estas vías de pago. La ministra de Fomento, Ana Pastor, se comprometió a buscar un acuerdo con los transportistas.
La medida, que se implementará en todo el territorio nacional, afectará en Galicia a 190 kilómetros de carreteras nacionales, para las que existe una alternativa por autopista, y que son consideradas las más conflictivas por su densidad de tráfico y su accidentalidad. Los planes de Fomento son sacar el tráfico de tres tramos de la N-550 entre A Coruña y Porriño (Alto de Macenda-Santiago norte, Santiago sur-Pontevedra norte y Pontevedra-Porriño) y de la N-651 entre Ferrol y Guísamo. Para estos recorridos la alternativa, en este caso, sería la AP-9. También se vetará la circulación entre Santiago y Alto de Santo Domingo por la N-525 para incentivar el tráfico por la AP-53.
Los transportistas ven "positivos" los planes de Fomento porque permitirían sacar el tráfico de muchos núcleos de población atravesados por carreteras nacionales y además se reduciría la accidentalidad. Además añaden que con esta medida se aliviaría la congestión de algunos tramos en los que ha crecido el tránsito de vehículos que con la crisis dejaron de usar la autopista para ahorrar.
El tramo de la nacional entre Vigo y Porriño es, de hecho, uno de los más saturados de la red y también uno de los de más peligrosos de Galicia. El elevado tráfico de mercancías procedente del puerto de Vigo y del polígono de Porriño, al que se sumará más adelante la plataforma logística de Salvaterra-As Neves, convierte este trecho de la N-550 en un cuello de botella para los transportistas. En este sentido el presidente de la Asociación de Empresarios de Transportes Discrecionales de Mercancías de Pontevedra (Asetranspo-CETM Pontevedra), Ramón Alonso, lamenta que, pese a la alta siniestralidad que se registra entre Vigo y Porriño, la autopista "va casi vacía".
Otro punto negro de la N-550 en Pontevedra es el situado en la localidad de Valga, donde incluso la Fiscalía está investigando si la elevada accidentalidad se debe al mal estado de la carretera.
Los transportitas están de acuerdo con poner remedio a esta situación pero se quejan de que Fomento repercuta los costes sobre el sector obligándolos a usar la autopista. El presidente de la Federación Empresarial del Transporte de Mercancías por Carretera (Fetram), Fernando Teijeiro, explica que tener que pagar la mitad del peaje no se ve compensado con un ahorro en combustible al circular por autopista. "Ahora pagamos 88 euros para viajar por la AP-9 entre Ferrol y Porriño, ida y vuelta. Aunque nos bajen un 50%, nos supondrá un incremento del gasto que no teníamos previsto", explica. Además Teijeiro explica que usar la autopista no necesariamente les acortará la distancia puesto que, desde determinadas zonas, "para coger una vía de pago tenemos que recorrer más kilómetros".
Ahorros
El presidente de Asetranspo también rechaza que se les obligue a coger autopistas y defiende que no ahorrarán dinero por usar estas vías de pago. "En kilómetros, ir por la AP-9 o por la N-550, es más o menos lo mismo. Solo hay diferencia si te encuentras retenciones y además, a veces, la salida de la autopista, para ir a determinados puntos, te obliga a volver hacia atrás y hacer más kilómetros", señala.
El secretario de la Federación Gallega de Transportes de Mercancías (Fegatramer), Carlos García Cumplido, deja claro que "lo razonable" para sacar el tráfico de las carreteras nacionales es que la alternativa por autopista les resultara "gratis" a los transportistas.
Desde Fetram su presidente Fernando Teijeiro concuerda en que "solo sería justificable" obligarlos a circular por autopista si hay una bonificación del 100 por ciento en horas puntas del día. "Cosa que defenderíamos en trechos sumamente sinuosos y de alta siniestralidad de la AP-9 como son el de Vigo-Redondela, Puxeiros-O Porriño y Macenda-Guísamo, en los contornos de las áreas metropolitanas de Vigo y A Coruña", argumenta.
Por su parte, los automovilistas aplaudieron la medida anunciada por Fomento, no solo por la reducción de la siniestralidad viaria, sino como una medida para mejorar la conservación de las carreteras. "El tráfico de camiones produce un importante deterioro del firme y ahora no se gasta dinero en conservación", apuntó Mario Arnaldo, de la Asociación Europea de Automovilistas Asociados. Los conductores, sin embargo, piden que se hagan extensibles las rebajas de peajes a todos los usuarios. Jeanne Piccard, de Stop Accidentes, demanda además que se prohíba el tránsito de camiones en todas las vías nacionales y no solo en algunos tramos.
