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Nueva fórmula para la compra de medicamentos

Sanidade plantea acomodar el precio al resultado del fármaco

La Xunta prepara un pionero modelo de adquisición de medicinas para rebajar la factura. Si el producto incumple las expectativas, se reduce el precio

Instalaciones de la farmacia hospitalaria del Chuvi. // FdV

La Consellería de Sanidade explora nuevas vía para intentar reducir la factura farmacéutica que se lleva al año unos mil millones de euros de los presupuestos públicos entre la dispensación general en las boticas y la hospitalaria. Una de las fórmulas consiste en la adquisición de fármacos por el llamado contrato de riesgo compartido, por el que el Sergas pagará al laboratorio que suministra el medicamento en función de los resultados obtenidos. Si el producto cumple las expectativas, entonces la Xunta abonará el precio fijado de antemano, pero si la efectividad en los pacientes resulta inferior a la prevista, entonces se reduce la factura en proporción. De ahí el ahorro, sumado también al hecho de que al tratarse de un concurso, los laboratorios tendrán que competir entre ellos con ofertas económicas atractivas.

Se trata de una modalidad de compra que Galicia nunca había desarrollado hasta ahora, si bien ya se ha implantado en comunidades como Cataluña o Valencia.

El contrato se encuentra sometido a evaluación por parte de la Asesoría Xurídica de la Xunta, paso previo a su licitación.

Este modelo solo es aplicable a fármacos y también a productos sanitarios, como prótesis o marcapasos, en los que exista la opción de medir los resultados. Por tanto, no es de implantación general. Se llama de riesgo de compartido porque el sistema de salud arriesga al apostar por un medicamento innovador, que además es muy caro, con la consiguiente incertidumbre sobre su efectividad real. Y por su parte, el laboratorio tiene que garantizar los resultados porque de lo contrario tendría que rebajar la factura conforme a unos criterios previamente acordados. Como contrapartida a este riesgo, la industria obtiene el compromiso de un suministro garantizado al sistema de salud durante el periodo de vigencia del contrato.

En el caso de Galicia, el objeto de esta compra pionera por la fórmula de riesgo compartido es una fármaco oncológico. "Por todos los pacientes que tengan una supervivencia por encima de los 18 meses se paga una cantidad y, si no la superan, se abona un precio inferior. Al tratarse de introducir medicamentos innovadores muy caros, la empresa tiene que estar segura de los resultados y además garantizarlos", explica la conselleira de Sanidade, Rocío Mosquera.

"El sistema consiste en pactar con el laboratorio el pago del producto en función de los resultados. El Sergas ahorra al pagar en función de la efectividad y la empresa, por su parte, asume el riesgo, pero a cambio tiene garantizado el suministro", añade.

Otro ejemplo de esta fórmula, que de momento no entra en los planes del Sergas, sería la compra de marcapasos. Tienen garantizada una vida útil de cinco años y se pagaría su precio total si la agota. Pero si por cualquier razón se avería a los tres años, tan solo se abonaría la factura por esos tres años.

Este modelo de compra de fármacos y productos sanitarios tiene cada vez más cabida en los países europeos, destacando Suecia, Italia y Reino Unido como los pioneros. A la ventaja del ahorro se suma el favorecer el acceso a la innovación terapéutica con garantías de que se van obtener determinados resultados, ya que de lo contrario el laboratorio suministrador sería penalizado.

El Sergas impulsa la prescripción de una nueva familia de medicamentos más baratos

  • Tras conseguirse que el 40% de los medicamentos que se dispensan en Galicia sean ya genéricos, rebajando con ello considerablemente el gasto farmacéutico, la Consellería de Sanidade impulsa una nueva estrategia para reducir los costes. En este caso es la apuesta por los fármacos llamados biosimilares, otra familia de los medicamentos, elaborados a partir de elementos biológicos y no por síntesis química como los tradicionales. El Sergas considera que de generalizarse el uso de los biosimilares -fundamentalmente de dispensación hospitalaria- se podrían ahorrar entre 40 y 50 millones de euros anuales. Pero de momento no se pone objetivos concretos.Los biosimilares son fármacos que "copian" la composición de los biológicos -más caros que los tradicionales porque su producción es más costosa-, cuando estos pierden la patente. Vienen a ser lo que los genéricos a los medicamentos de marca, pero de base biológica. Aunque con algunas diferencias, como que la copia no es idéntica al original, que no se prescriben por principio activo y que no son intercambiables con el biológico de referencia.No obstante, se han demostrado tan eficaces como los originales, con la ventaja de son mucho más baratos al reproducir fármacos que han perdido la licencia.Se utilizan básicamente en reumatología, digestivo y oncología y el Sergas ya ha probado dos de esos biosimilares "con unos ahorros impresionantes", en palabras de la consellería de Sanidade, Rocío Mosquera.Pero como los médicos tienen libertad de prescripción y no se les puede imponer que receten un determinado producto, el Sergas ha iniciado una campaña para concienciarlos de que apuesten por los biosimilares como en su día se hizo con los genéricos.Este año perderán la patente seis o siete fármacos biológicos, por lo que se podrá contar con más biosimilares a disposición de los facultativos. Sanidade considera que con esta vía se podrían ahorrar "tranquilamente" entre 40 y 50 millones de euros y se llegar a un nivel de prescripción del 40% como actualmente sucede con los genéricos.

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