Los árboles que crecen en el dominio público de la red de carreteras autonómicas pueden ser fuente de disgustos para los conductores cuando una ciclogénesis visita Galicia, pero también un recurso natural que puede transformarse en dinero. Aunque sus metas son la "seguridad viaria y la prevención y defensa contra los incendios forestales", gracias a la venta de casi 10.000 toneladas de madera procedentes de 1.934 árboles que crecen en los bordes de algunas de las carreteras de su red viaria en Pontevedra, la Administración autonómica prevé ingresar 180.000 euros en sus arcas, tras descontar casi 90.000 del coste de la tala y el traslado de las plantas. 180.000 euros, por ejemplo, es la cantidad que destina la Consellería de Traballo a cada uno de los talleres de empleo que va a poner en marcha en algunas comarcas gallegas.

Sin embargo, tras esta tala y posterior aprovechamiento, que la Xunta adjudica "por primera vez" de modo que la iniciativa en Pontevedra es casi como una "experiencia piloto" en toda la comunidad, según Medio Ambiente, la pretensión del Ejecutivo es evitarse el problema en el futuro. Por eso, la empresa que se encargue de aprovechar la madera no podrá limitarse solo a cortar, sino que deberá aplicar a los troncos un producto que impida su rebrote, como establece explícitamente el pliego de prescripciones técnicas del contrato. Desde el departamento de Ethel Vázquez alegan que esta "es una manera de conservar la carretera" y "evitar que se conviertan en obstáculos".

El grueso de la operación, que se desarrollará en 28 vías autonómicas de toda la provincia en cuatro meses prorrogables por otros cuatro, se localiza en la PO-214, que discurre entre Pontecesures y Baloira. En esa vía se concentran 480 de los 1.063 eucaliptos que caerán en esta particular batida. A 28 euros la tonelada, solo los ingresos de esta carretera suponen más de 188.000 euros del total de 273.000 (sin IVA) en que la Xunta valora todo el aprovechamiento que saca a concurso, sin descontar los 90.000 de tala y traslado. Los vecinos de la zona se quejaron a finales del año pasado a la Xunta de que las ramas de estos árboles podrían provocar un accidente en caso de vientos fuertes. La PO-400, donde también se produjeron arrastres de tierras y caídas de árboles, es, en cambio, la que concentra más robles.

Si la especie oriunda de Oceanía es la que más pies aportará a la tala -más de la mitad-, los robles -545- se cotizan más, a 35 euros la tonelada. Por el contrario, los pinos, 297 ejemplares en total, solo suponen 20 euros por tonelada, y los falsos plátanos, cuyo número es casi anecdótico -apenas una veintena- solo representan cinco euros más cada mil kilogramos.

Medio Ambiente explica que en ningún caso el hacha dañará a pies que formen parte del Catálogo de Árbores Senlleiras. De hecho, la adjudicataria ni siquiera podrá tocar árboles, arbustos o matos comunes no incluidos en las cortas autorizadas.

Tras la corta y el desembosque, la Axencia Galega de Infraestruturas revisará que la carretera y sus elementos funcionales queden "en buenas condiciones de uso".