Al igual que el borrador, la orden definitiva con los parámetros que guiarán la retribución de las energías renovables es inmensa. 1.761 hojas. De las que tan solo 15 son articulado y el resto, mediante tablas y más tablas de coeficientes y proyecciones, las fórmulas con las que las empresas deben ahora estimar a qué tienen derecho. La primera lectura ha levantado ampollas en casi todas las tecnologías, porque tampoco nadie vislumbra cambios sustanciales en base a las alegaciones presentadas a una norma que fija un recorte generalizado de las antiguas primas de 1.700 millones de euros. La eólica sigue siendo la más afectada. Pese a la ligera modificación que introduce el Ministerio de Industria respecto a la antigüedad de los parques que aguantarán algún tipo de incentivo. La criba estaba antes en los anteriores a 2005. Serán los de 2004. Lo que sigue siendo un golpe difícil de asimilar para el viento en Galicia, donde más de la mitad de los aerogeneradores se quedan sin ningún tipo de incentivo. En todo el Estado suponen, según los datos de la Asociación Empresarial Eólica (AEE), el 28% de los operativos.

"La nueva normativa tendrá, sin duda, un fuerte impacto para la industria eólica, una de las más innovadoras y con más futuro de España, lo que traerá consigo deslocalizaciones, nuevos despidos, refinanciaciones y un sinfín de efectos perversos", advierte Luis Polo, director general de la AEE. Su homóloga en Galicia está estudiando el escenario abierto. Su cálculo con el entonces borrador situaba el recorte en casi 300 millones de euros. En el trámite de consulta ante la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, la patronal autonómica EGA pedía la retirada de la orden.

Y en caso de que no fuera así, entre otras correcciones, apelaban a que en los costes fijos de explotación -lo que sirve de referencia para medir el polémico concepto de "rentabilidad razonable"- se tuviera en cuenta el agravio en Galicia de pagar el canon de la Xunta. La orden solo menciona el alquiler de los terrenos, los gastos asociados a la seguridad de las instalaciones y el impuesto de Bienes Inmuebles de características especiales que abonan las instalaciones energéticas.

La cogeneración, con más de un centenar de plantas en Galicia -la mayoría de grandes empresas o aquellas con fábricas tiran de este sistema para rebajar su factura energética-, ponen el grito en el cielo. Dicen que la redacción definitiva publicada ayer en el Boletín Oficial del Estado (BOE) "consuma un recorte del 30% de los ingresos a las plantas de cogeneración, por importe de unos 934 millones" y que la mitad de las centrales cerrará entre este año y 2015.

La Consellería de Economía evitó dar ningún tipo de reacción. "Es una orden compleja que hay que estudiar", aseguraron. De ella también depende el futuro financiero de Sogama.