La falta de liquidez en el tejido productivo sigue siendo uno de los principales problemas que padece la economía y uno de los grandes obstáculos también para apuntalar la recuperación. Detrás de los mensajes públicos de que el crédito empieza a fluir ya hay una verdad a medias, a la vista de las estadísticas oficiales del Banco de España y de lo que sus responsables reconocen. El gobernador lo avisaba esta misma semana en una comparecencia en el Congreso de los Diputados. "Las tasas de caída están siendo cada vez menores. No podemos esperar tasas positivas rápidamente. Lo digo -subrayó Luis María Linde- con total claridad". Si hay dinero nuevo a disposición de empresas y familias, su volumen es tan bajo que no compensa los vencimientos y amortizaciones. El famoso desapalancamiento que los expertos consideran imprescindible para el cambio de ciclo. Esa diferencia es fortísima en Galicia, donde durante el primer trimestre del actual 2014 la caída de los préstamos superó el 5,5% y se situó en el 6,6% en el caso concreto del sector privado, lo que supone un desplome tres veces mayor que en el mismo periodo del pasado 2013 y cinco veces más que la media estatal.

El crédito acabó el mes de marzo en la comunidad con un saldo de 47.591 millones de euros, repartidos entre los 3.154 millones concedidos a las administraciones y los 44.437 millones que manejan, según el Banco de España, hogares y compañías. La evolución no es igual para ambos. En el sector público, el arranque del año deja un alza del 16,4%. Son 444 millones de euros más. Para el sector privado, en cambio, ese desplome del 6,6% representa un recorte de 3.138 millones de euros. A una media de 34,9 millones por día, que deja el volumen de crédito en Galicia a punto de tocar el mínimo de la serie histórica del supervisor, los 45.548 millones de euros contabilizados en 2005.

Galicia vuelve a situarse como la región que sufre la contracción del crédito más intensa en todo el Estado. Tanto en la comparación de la financiación en general como en aquella destinada al sector privado residente, para los que el recorte medio general es, respectivamente, del 0,4% y el 0,3%. Las administraciones como excepción se repite de nuevo en el contexto del país, aunque el incremento, del 13,1%, es ligeramente inferior al experimentado en la autonomía. Tres puntos.

Hay dos autonomías que por fin le dan la vuelta a la balanza en 2014. Las dos únicas con aumentos en la financiación a familias y empresas. Del 1,3% en Cantabria y un 4,8% en Madrid, que por sí sola concentra una cuarta parte del crédito en España. Por eso, lo que ocurra con la comunidad madrileña influye tanto en la tendencia de las estadísticas. Su crecimiento evita que el descenso total en el Estado no sea más contundente.

En Baleares llega al 0,6%; un 0,9% en Castilla-La Mancha; del 1,3% en la Comunidad Valenciana; un 1,4% en el archipiélago canario; del 1,7% en Cataluña y La Rioja; otro 2,1% en País Vasco; un 2,2% en Asturias; el 3,3% en Castilla y León; del 3,4% en Murcia; y del 3,7% en Navarra. Finalmente está Galicia, a una distancia considerable, con ese recorte del 6,6%. Desde el máximo de 72.000 millones en junio de 2010, la comunidad perdió un tercio del crédito, más de 24.400 millones de euros.

El montante de los depósitos en el primer trimestre del año permanece estable en Galicia. Un aumento pequeño del 0,8%, hasta los 56.601 millones de euros. Desde principios del ejercicio pasado, la comunidad ahorra más de lo que debe. Pero los datos de 2014 publicados ayer por el Banco de España vuelven a poner de relevancia que la situación del sector público y el privado no es la misma. Los depósitos de las administraciones suben un 25% y suman en marzo 2.833 millones de euros. Los de familias y empresas caen un 0,2% -125 millones- fruto del importante retroceso en cuentas a la vista, un 8,5%, frente a los incrementos del 2,1% en ahorro y el 0,9% de imposiciones a plazo.