El nuevo escenario financiero para la AG-53 presenta dos etapas bien diferenciadas, con el año 2030 como frontera entre uno y otro, pues es ahí cuando vence el plazo de amortización de los créditos solicitados para ejecutar la obra. Hasta ese ejercicio, la Xunta tendrá que desembolsar de media 20,7 millones, destinados tanto a saldar los préstamos como a tareas de mantenimiento de la vía.

A partir de ahí y hasta el final de la vida útil, las anualidades descienden bruscamente porque exclusivamente habrá que atender las tareas de conservación. Solo habrá que reservar de media algo menos de seis millones de euros por año, según el nuevo Plan Económico y Financiero de la autovía que se aprobará por decreto este año. En todo caso, habrá cuatro anualidades con un gasto mayor debido a obras extraordinarias para garantizar su operatividad. Será en el año 2033, por 25 millones de euros; en 2044 por unos 13 millones; en 2053 por otra cantidad semejante; y en 2055 por casi 28 millones de euros.