Renfe ha sacado a concurso la licitación para empezar a colocar cámaras de vigilancia en las cabinas del maquinista y extremar así el control sobre la conducción tras el accidente de Angrois. Es una de las medidas comprometidas por el Ministerio de Fomento tras el siniestro del Alvia en Galicia, en el que fallecieron casi un centenar de personas que viajaban en el tren. Entre otras medidas de seguridad anunciadas por la titular del ministerio, Ana Pastor, se encontraba la de incrementar el control de videovigilancia en los trenes.

"Acaba de finalizar el plazo de presentación de las propuestas de las empresas que concursan", expresaron ayer fuentes de Renfe en Madrid. El Ministerio de Fomento dispone de más de tres millones de euros para esta medida, que iniciará con la colocación de cámaras en 240 trenes, desde AVE hasta Avant y Alvia. Según Fomento, se experimentará también en trenes que realizan el recorrido a Galicia, si bien la iniciativa "es para todo el territorio nacional". "No es una medida urgente porque, en realidad, es un control adicional al que ya llevan los trenes para controlar la seguridad", añadieron las mismas fuentes.

Se trata de "tener un elemento más" que guarde pruebas en caso de ser necesario para una investigación en concreto o en caso de siniestro, apuntan.

La nueva medida se instalará en modelos como el Alvia (Madrid-Ferrol), tren que protagonizó el accidente en el verano del año pasado en la curva antes de llegar a Compostela. En principio se cubrirán 240 vehículos que actualmente están en servicio en el país y que superan los 160 kilómetros de velocidad. Los trenes ya llevan en la cabina un dispositivo de control del audio, una especie de micrófonos ubicados en las cabinas del maquinista. Es precisamente este sistema de audio el que sirve de prueba en caso de ser necesaria la revisión de lo que ocurre en una cabina en un determinado momento y a modo de caja negra. Precisamente en el caso del accidente de Angrois lo captado por el sistema de audio fue crucial para analizar lo ocurrido con las conversaciones del maquinista.

"Supervisión excesiva"

La instalación de cámaras, a mayores de los micrófonos, crea malestar en el sector de los maquinistas. Consideran que no aporta ninguna información adicional a la que recogen los sistemas de grabación actuales. Creen que se trata de una especie de "invasión de la intimidad" del maquinista, que puede sentirse "cohibido" en su trabajo diario. "Todo lo que habla el maquinista queda recogido en el audio, si habla por el móvil, si habla con una segunda o tercera persona físicamente; por ello creemos que añadir una cámara de vídeo es una supervisión excesiva", apuntan fuentes del sector de maquinistas de Galicia.

"Por ejemplo, ya existen cámaras en el tren Vigo-A Coruña pero en la sala de viajeros, para comprobar que no hay altercados durante el trayecto, ni pasa nada raro en los vagones. Eso existe pero no en cabina. También podemos entenderlo en la estación para controlar la venta de billetes pero en la cabina del maquinista es poner el foco en el conductor", apuntan.