Los suizos aprobaron ayer en referéndum por estrecho margen volver a limitar la entrada de ciudadanos de la Unión Europea a su mercado laboral. Lo harán mediante el establecimiento de cuotas anuales que comenzarán a aplicarse desde ahora y para las que tendrán un plazo de tres años para implantarlas en su totalidad.

La propuesta ha sido aprobada con un 50,3% de los votos (1.463.954), frente al 49,7% que la ha rechazado (1.444.438), según datos oficiales. Es decir, la iniciativa salió adelante por una diferencia de 19.516 votos en un proceso en el que participó algo más del 56% del censo.

Tradicionalmente, Suiza ha sido un país al que han emigrado miles de gallegos en las últimas décadas y el flujo se ha reactivado como consecuencia de la crisis que azota España, de forma que desde el inicio de la recesión el censo de residentes españoles en el país helvético se ha incremento en 9.000 personas, de las que cerca de 3.000 son gallegas. Muchos de ellos eran emigrantes retornados a Galicia que decidieron volver probar suerte en Suiza. Según el INE, el colectivo de gallegos en el país alpino ronda los 31.000, dado que son muchas las décadas en que este Estado fue destino de los emigrantes gallegos.

La medida ha logrado además el apoyo en una mayoría de los cantones que conforman la confederación suiza, otra de las condiciones necesarias para su aprobación. El "sí" a la imposición de restricciones a la inmigración ha contado con el apoyo de mayoritario de la población en las regiones germano e italoparlantes, mientras que el "no" ha ganado en las zonas francófonas del oeste del país.

La propuesta fue formulada en solitario por el partido de extrema derecha Unión Democrática de Centro y enunciada como una medida "contra la inmigración en masa" busca reintroducir las cuotas de entrada de extranjeros en el país y renegociar con la Unión Europea los términos del acuerdo sobre la libre circulación de personas, conocido como Acuerdo de Schengen.

La medida afectaría a los hasta 80.000 trabajadores extranjeros -tres cuartas partes de ellos procedentes de países de la Unión Europea- que llegan cada año a Suiza desde la introducción hace 15 años del acuerdo de libre circulación con la UE.

De acuerdo con el texto de la iniciativa, Suiza y la Unión Europea tendrían un plazo límite de tres años para renegociar el acuerdo de libre circulación. De no concretarse una modificación, el pacto quedaría anulado, y afectaría gravemente a otros acuerdos relacionados con el bloque europeo.

Por ello, la Comisión Europea "lamenta" la iniciativa de introducir cuotas para la restricción de la inmigración europea a su mercado laboral. La medida "va en contra del principio de libertad de movimiento entre la UE y Suiza", reaccionó el Ejecutivo comunitario.

El presidente de UDC, Toni Brunner, argumentó que la llegada de extranjeros no ha afectado significativamente al desarrollo del país. "Los ingresos per capita no han experimentado una diferencia sustancial respecto al periodo previo al acuerdo de libre circulación, la gente no se ha hecho más rica, y el índice de desempleo jamás ha vuelto a descender por debajo de los niveles de 2001. ¿Es esto un crecimiento saludable? Lo dudo", manifestó.

La propuesta ha sido repudiada por los democristianos que lidera Pirmin Bischof, quien el referéndum de "ataque a los valores que han convertido a Suiza en el país más rico y exitoso de Europa". El país registra actualmente una tasa de desempleo en torno al 3 por ciento y de un tiempo a esta parte el Producto Interior Bruto ha crecido de manera constante.