Los amasijos de hierros a que quedaron reducidos los vagones del Alvia T-730 que el 24 de julio descarriló en Santiago provocando 79 muertos fueron ayer analizados por la Policía Judicial para hallar nuevas pruebas, tarea que realizó una veintena de agentes de la Policía Judicial acompañados de dos perros, llegados de Madrid y especializados en buscar restos humanos, durante unas ocho horas en el almacén situado en la parroquia de A Escravitude, en Padrón, a unos kilómetros de Santiago.

Los agentes se afanaron en la búsqueda específica del móvil corporativo del maquinista Francisco José Garzón, extraviado durante la tragedia y que estaba usando justo en ese momento, y su tableta electrónica, donde, según declaró, llevaba descargada en formato digital la hoja de itinerario. Este documento es el que, cotejándolo con las señales que indican los sucesivos puntos kilómetros, le advierte de dónde se encuentra el descenso de velocidad de la curva de Angrois.

Fuentes de la investigación explicaron ayer que la inspección es "rutinaria" y que se acometió "por si pudiera haber quedado algún resto que no se hubiese detectado" hasta el momento, según informa Europa Press. No se descarta que hoy regresen a la zona.

Locomotora

El resultado no trascendió, pero los agentes que acudieron a la nave de Padrón abandonaron el lugar con al menos seis bolsas de basura llenas de objetos. Desde las nueve de la mañana y hasta las dos y luego entre cinco y ocho los agentes analizaron en total ocho vagones, seis de ellos por la mañana. Por la tarde fue el turno del vagón de cola y de la locomotora. En el primero, un pequeño grupo de agentes se abrió paso a martillazos y apenas estuvieron analizando el interior durante diez minutos. Al segundo acudieron más agentes. En concreto lo hicieron nueve, que con linternas y material para recoger pruebas, se mantuvieron dentro del mismo durante unos quince minutos. Abandonaron los restos sin nada en las manos.

El Tribunal Superior de Xustiza (TSXG) explicó ayer que el juez instructor del caso, Luis Aláez, espera ahora recibir el informe policial sobre lo hallado entre los restos del Alvia. Fuentes judiciales explicaron ayer que no pueden confirmar si entre el material que se incautaron los agentes se encuentran el móvil y la tableta de Garzón, si bien el juez cuenta con el registro de llamadas realizado desde esa terminal (que cuenta con seis dígitos y solo permite hablar entre personal de Renfe) y posee la grabación de las cajas negras en que se escucha al maquinista conversar con el interventor.

En los primeros días, la Policía ya peinó los restos y llevó a un instituto de Santiago tanto maletas como móviles y tabletas y ordenadores para que los familiares los recuperasen. La mayoría de ellos lo hizo.