A las estufas, nórdicos y chaquetas de abrigo aún no les han llegado las vacaciones. Las frescas temperaturas de esta primavera han obligado hasta ahora a los gallegos a serles fieles pese a que no pocos están deseando reemplazar estas prendas por chanclas y bañadores.

Confiar en poder hacerlo en verano también está en cuestión. Las previsiones pesimistas del canal francés Météo, que alerta de que hay un "70% de posibilidades" de que el estío sea también bastante fresco en Europa Occidental -entre 1 y 3 grados menos de media, lo que supondría el verano más frío desde 1816-, no contribuyen a mejorar los ánimos pese a que han sido contestadas desde Aemet y criticadas por MeteoGalicia.

Desde la Agencia Estatal de Meteorología, Francisco Infante, portavoz en Galicia, insiste en que sus pronósticos son diferentes y apuntan a un verano "normal" y MeteoGalicia cuestiona la "baja fiabilidad" de unas previsiones -que califica de "exageración"- a tan largo plazo "en estas latitudes" que se caracterizan por su "cambiante" clima. Infante augura que los termómetros se moverán entre los 20 y los 25º, e incluso los superarán en las Rías Baixas y Ourense. "Temperaturas aptas para la playa". Aunque no es tan preciso, Lino Naranjo, de MeteoGalicia, también cree que "días de playa va a haber muchos".

Hasta ahora fueron contados. Al margen de si el verano será o no cálido, la impresión de que esta primavera llovió más de lo usual, de que fue más fría de lo normal o de que las temperaturas frescas se prolongan más de lo acostumbrado, no es subjetiva. Los datos de MeteoGalicia -aunque el informe de mayo no se ha cerrado- lo confirman: en marzo, abril y mayo el mercurio no alcanzó las cotas de referencia. Según explican desde la agencia autonómica, la media de temperatura en la estación es 0,8 grados inferior a la de referencia (la media de 1971 a 2000). Eso convierte, a falta de cifras definitivas, a esta primavera en la segunda más fresca desde 1986, cuando los termómetros marcaron 1,2º menos de lo usual. Así lo explica Naranjo, pero dice que "la situación no es extraordinaria".

Lo que hace que la percepción del mal tiempo se amplifique, explica, es "la memoria" y el "contraste". "Las primaveras recientes fueron bastante cálidas: en 2012 la temperatura media fue superior y en 2011 más, de 2,2º", alega. Pero en los 70 y los 80 "eran más parecidas a esta". "Esto solo demuestra que el clima es cambiante y se encuadra dentro de los ciclos de clima normales de Galicia", sostiene, sin olvidar que el verano no empieza hasta el 21 de junio. Sin embargo, concede que pese a que el comportamiento de la atmósfera no es tan anómalo, "se prolongó durante bastantes días". Pero ahora el añorado anticiclón de las Azores "está empezando a acercarse a nosotros".

Respecto a esta primavera, que rompe la tendencia a una estación con valores superiores a lo normal en temperaturas desde 1987, MeteoGalicia da más detalles: marzo fue el tercero más húmedo desde 1961 y, si los últimos datos no cambian el balance, mayo será el tercer mes más fresco desde ese año.

En concreto, en las Rías Baixas, la primavera fue "más húmeda" de lo usual, sobre todo en marzo, pero cerca de la normalidad. Respecto a las temperaturas, en la zona sur de la costa de Pontevedra, desde esta ciudad a la frontera, quedaron "frías, pero más cerca de la normalidad que en el resto", pero en el Salnés el termómetro marcó entre 1,5 y 2º por debajo de lo habitual.

Francisco Infante, portavoz de Aemet en Galicia, no da detalles, pero confirma la impresión de MeteoGalicia a falta de cerrar los balances: "Marzo y abril se comportaron normal, pero en mayo fue llamativo que las lluvias fueran importantes y las temperaturas más bajas de lo normal y durante mucho tiempo en la segunda quincena, porque lo normal, en primavera, es el tiempo cambiante". "Da la impresión de que la primavera fuera casi un invierno prolongado", concede. Incluso así, comparte con MeteoGalicia que "es explicable dentro de las fluctuaciones naturales del clima, que a veces tienen comportamientos que se separan de lo normal".