El BNG, en alianza con el PSOE de Ourense hasta que saltó la Operación Pokémon e imputó al anterior alcalde, realizó ayer toda una llamada de atención a su antiguo socio de gobierno. Los nacionalistas reaccionaron ante la insistencia del regidor en eludir explicaciones sobre el escándalo de las cuentas del grupo con una petición expresa de disculpas y "gestos" para evitar que embarranquen proyectos clave que dependen del apoyo del BNG, dada la precariedad del ejecutivo, en minoría a la hora de votar y al borde de la ruptura.

Eel portavoz nacionalista Xosé Somoza aseguró ayer que o el alcalde (Agustín Fernández) rectifica, pide perdón y apacigua la guerra intestina del grupo o el ejecutivo local, uno de los últimos grandes feudos del PSOE, verá bloqueados los dos proyectos fundamentales de la ciudad: los presupuestos de este año y el Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM) en diseño final.

En el pleno municipal celebrado ayer, el PSOE optó por esquivar explicaciones y justificar la legalidad de los gastos. Precisamente, la edil titular de la cuenta corriente, Áurea Soto -a quien la directiva gallega urgió el día anterior a entonar un mea culpa- quiso esquivar el debate, al soltar "¿Pedir perdón, de qué?", pero lo que hizo fue enardecer aún más a la oposición.

"Si ustedes no actúan tendremos que actuar nosotros", advirtió el portavoz del BNG en su última intervención.