El alcalde de Salvaterra de Miño, Arturo Grandal, del PP, sufrió ayer el primer escrache de afectados por las preferentes, que acudieron a su casa después de que el regidor suspendiese el pleno y lo reanudase a puerta cerrada.

El domicilio familiar de Grandal se encuentra el municipio portugués de Monçao, ya que su esposa, propietaria de la vivienda, es de nacionalidad portuguesa. Una veintena de afectados se cruzó la frontera y se dirigió al país vecino para encontrar la casa del regidor concentrándose durante media hora en las inmediaciones.

El regidor denunció que su mujer está enferma y se recupera de una grave enfermedad, tras sufrir una operación, y dijo que una protesta de este tipo en estas circunstancias íntimas es "inhumana". Además señaló que, además de su esposa, en la vivienda reside su suegra, una nonagenaria que también posee un delicado estado de salud. Arturo Grandal denunció asimismo que las personas que acudieron a la vivienda no eran de Salvaterra.

El escrache, el nombre que recibe una manifestación pacifica que se realiza en la casa o lugar de trabajo de personas a las que se quiere denunciar, ha sido utilizado en España en las últimas semanas por la Plataforma de Afectados por las Hipotecas para presionar a políticos del PP para que voten a favor de la Iniciativa Legislativa Popular que defiende la dación en pago retroactiva y otras medidas. Ayer fue la primera vez que recurren al escrache los afectados de las preferentes, que dan un paso más tras promover la suspensión de plenos en los concellos del sur de Galicia.

Con esta medida los afectados pretenden que los alcaldes presionen al PP, que gobierna en Madrid, para lograr una solución de política y que todos recuperen todo su dinero. "Debe concluir la dictadura que supone que a unos les devuelvan sus ahorros y a otros no", aseguró ayer uno de los afectados.

Pleno

El pleno de Salvaterra se inició con grandes medidas de seguridad tras dar entrada a medio centenar de afectados. Una vez se inició la sesión el portavoz de los afectados interrumpió al alcalde y se inició una pequeña disputa en la que Grandal solicitó que comenzase el pleno y que posteriormente le daría la voz a los afectados. Tras no existir acuerdo, el regidor decidió suspender momentáneamente la sesión y continuar a puerta cerrada ante los gritos de protesta y bocinazos de los afectados.

El BNG criticó la suspensión de la sesión pública e indicó que el alcalde pretendió celebrarla "con premeditación y alevosía". "Premeditación, ya que era conocedor de una convocatoria de manifestación de los estafados por las preferentes y subordinadas en Santiago y alevosía, por su comportamiento desleal y traidor, no sólo con los afectados de la estafa millonaria, sino también con los miembros de la oposición, BNG y PSdeG, quien fuimos convocados en la tarde de ayer con documentación abundante y sin tiempo de estudiar suficientemente"

El alcalde, Arturo Grandal, indicó que la sesión se concluyó sin la presencia de la oposición y que se aprobaron todos los puntos, entre ellos sacar adelante los trámites para una guardería y el plan de ajuste económico del ayuntamiento "para el que teníamos una prorroga que concluía, y debíamos aprobarlo", indicó. "Teníamos que celebrar el pleno y está justificado que se hiciera a puerta cerrada por los asuntos que había que tratar", señaló el alcalde.

Por parte del PSOE y BNG no apoyaron esa forma de proceder y decidieron secundar la movilización de los afectados en el ayuntamiento.