Seis de cada diez jóvenes gallegos de entre 18 y 34 años aún viven en casa de sus padres. La crisis se ha cebado especialmente con el empleo juvenil -la tasa de paro en los trabajadores de entre 20 a 34 años es del 33 por ciento- y se ha incrementado el coste que supone para los jóvenes acceder a una vivienda propia. Si en 2011 la compra de un piso absorbía el 43 por ciento del salario de un joven, el pasado año su coste creció hasta el 47,4 por ciento. Y si lo alquila le tiene que dedicar el 40% de su sueldo. El resultado es que en un solo año la tasa de emancipación ha caído del 42,5 por ciento al 41,2. Galicia es además la cuarta comunidad con más jóvenes que no pueden independizarse y residen en el domicilio familiar.

Solo la superan Canarias (con una tasa de emancipación del 37,5%), Asturias (39,9%) y Andalucía (40,8%). Mientras en comunidades como Navarra o Cataluña prácticamente la mitad de sus jóvenes viven ya fuera de casa, en Galicia en el año 2012 solo 232.142 gallegos de entre 18 y 34 años estaban emancipados, lo que representa el 41,2 por ciento de su población, según los datos del Observatorio Joven de Vivienda en España elaborados durante el primer trimestre de 2012.

Aunque hasta los 24 años se puede considerar normal que los jóvenes vivan con sus padres (el 88,5 por ciento) puesto que hasta esa edad es habitual que cursen estudios universiarios o de formación profesional, llegan los 25 y siguen siendo mayoría los que se quedan en casa de sus padres. Solo el 41,8 por ciento de la población de entre 25 a 29 años se ha independizado. Incluso llegada la treintena, muchos continúan en el domicilio familiar: el 35 por ciento de los gallegos de entre 30 y 34 años.

Son bastantes más las mujeres que se van de casa frente a los varones. De hecho, en el sector femenino la tasa de emancipación es del 47 por ciento, frente al 35,5 por ciento de los hombres.

El paro en la población juvenil se ha disparado -la tasa de desempleo pasó del 20,5 por ciento en 2009 al 33,5 actual-, sus ingresos se han reducido y esto complica las posibilidades de acceder a una vivienda propia o en alquiler.

Si optan por arrendar un piso un joven asalariado tendrá que destinar a pagar la renta casi cuatro de cada diez euros que gana. Según el Observatorio Joven de Vivienda, que depende del Consejo de la Juventud de España, el alquiler medio de un piso en Galicia está en 445 euros. Sin embargo, lo máximo que podría "tolerar" un joven gallego con sus ingresos son 347 euros al mes.

Más difícil lo tienen aún si optan por la compra. Un gallego de entre 18 y 34 años que quiera adquirir una vivienda tendría que dedicar al pago de la hipoteca el 47 por ciento de su sueldo.

La forma más económica para acceder a una vivienda es comprar o alquilar un piso a medias con otra persona. El coste de tener un piso en propiedad para un hogar joven es del 31,8 por ciento mientras que si es alquiler baja al 25,8 por ciento.