La caída de ingresos provocado por el descenso de las ventas y a la vez el aumento de los costes generó desde el inicio de la crisis una situación crítica que en muchos casos terminó en cierres.

El encargado de los temas de ganadería y relacionados con el sector lácteo en Unións Agrarias explica que en el último lustro 4.000 explotaciones han cesado la actividad y añade que si en este periodo el número de explotaciones cerradas no es mayor se debe a que la coyuntura económica y el desempleo en el resto de sectores ha crecido.

Ante este panorama muchos buscan refugio en el campo al quedarse sin los puestos de trabajo que tenían en otros sectores y vuelven al rural pese a la también delicada situación del sector primario.

Según las previsiones del sindicato agrario, la tendencia es que a partir de ahora el ritmo de cierres baje de forma progresiva debido a que solo quedan 11.000 granjas en toda la comunidad gallega, por lo que duda que se produzca un boom como en décadas anteriores que ha llevado a la desaparición de más de 25.000 explotaciones a lo largo de los últimos veinte años.