Alberto Núñez Feijóo repetirá mandato al frente de la Xunta de Galicia, tras reforzar la mayoría absoluta que ya consiguiera en 2009, al pasar de 38 escaños a 41. Su principal objetivo será "salir de la crisis", prometió ayer tras conocer el resultado. Hace cuatro años Feijóo ya hacía historia al fulminar el bipartito, coalición de PSdeG y BNG, que sólo duró un mandato. Una legislatura después, en plena crisis económica, y cuando los electores tienden a castigar a los gobiernos que gestionan la recesión, Feijóo vuelve a conseguir un resultado sobresaliente, al ganar tres escaños (un por circunscripción excepto en Pontevedra, donde mantiene el resultado) y consolidar su mayoría absoluta, y de paso hundir a PSdeG, que pierde siete escaños y el 11% de los votos, y BNG, que se deja en el camino cinco actas de diputado y el 6% de las papeletas, en una severa crisis.

La sorpresa, ya anunciada por las encuestas, es la irrupción de AGE, la coalición de EU y los Irmandiños de Xosé Manuel Beiras (éstos últimos escindidos del BNG), que irá al Parlamento con nueve diputados, y desplaza a la exformación de Beiras, el Bloque, al cuarto puesto, para quedarse con la tercera plaza.

La oposición se fragmenta y divide y ahora serán tres partidos, y no dos como desde 2001, los que intenten plantar cara a Núñez Feijóo.

La abstención en los comicios del 21-O creció seis puntos, pero a la vista de los resultados, los que se quedaron en casa fueron los votantes progresistas y nacionalistas, mientras que el PPdeG consiguió movilizar a los suyos. Alberto Núñez Feijóo sostuvo toda la campaña que en estas elecciones su rival era la crisis, y no la oposición, pero al final logró imponerse también a ella.

Hace cuatro años, la participación, sin contar el voto emigrante, fue del 70,4%, y ayer fue del 63,7%.

Con esta victoria, Feijóo no solo consolida su poder en Galicia, sino que también da un respiro al PP nacional, en plena negociación con Bruselas sobre el rescate de España y tras el mal sabor de boca de las elecciones andaluzas y asturianas.Feijóo, con su 41 escaños (Fraga consiguió 42 en 1997 y 43 en 1993), permite a Rajoy sacar pecho con su política de austeridad y ajustes, frente al PSOE y el BNG que se esforzaron en presentar los comicios gallegos como un plebiscito sobre los recortes aplicados por el Gobierno central.

Feijóo, que con este resultado se refuerza como dirigente del PP en la escena estatal, agradeció ayer a los ciudadanos gallegos que hayan entendido que los esfuerzos que se les han pedido "en los últimos meses en Galicia y en España son para salir de la crisis" y prometió que su "primer objetivo" son las personas en paro y que tienen "dificultades" para encontrar empleo.

La crisis económica que podía liquidar al PPdeG (era su mayor temor) ha terminado pasando factura a la oposición hasta ahora representada en el Parlamento, pues se hunde. Los ciudadanos no han confiado en los socialistas y los nacionalistas para salir de la recesión y emprender el camino del crecimiento. Así lo reconoció ayer el propio Pachi Vázquez, en su primera comparecencia tras conocer el resultado del escrutinio.

El PSdeG pasa de 25 a 18 escaños, volviendo a la época de 2001 cuando obtuvo 17 escaños. Pachi Vázquez asumió ayer "la responsabilidad" del resultado y anunció "una profunda reflexión de su partido en las próximas fechas con serenidad y responsabilidad". A la pregunta de una periodista si iba a dimitir (Touriño hace cuatro años dejó la secretaría xeral con 25 escaños y sin haber perdido ni un diputado, pero sí el poder autonómico), contestó: "Vamos a plantear este tema en el partido".

Son varios los factores que pueden explicar el retroceso de los socialistas. Cuatro años de divisiones internas que un día sí y otro también saltaban a las páginas de los periódicos y revelaban que el liderazgo de Pachi Vázquez era débil. Meses antes del adelanto electoral, en marzo, era reelegido secretario xeral tras vencer por el 53% de los votos a la otra candidata, Elena Espinosa. Como remate, la operación Pokémon que saltó en plena precampaña electoral y supuso la detención del entonces regidor de Ourense. El PSOE tardó en cerrar la crisis, pues Francisco Rodríguez se negaba a dimitir, y el PPdeG insistía en cómo iba a gobernar Pachi Vázquez la Xunta si no era capaz de atar en corto a un alcalde.

A Pachi Vázquez, que no cuajó como líder, tampoco le ayuda la marca PSOE, que se derrumbó en las elecciones generales, y a los que electores siguen culpando de la crisis económica.

Alfredo Pérez Rubalcaba se volcó en la campaña gallega, pero su implicación no se tradujo, como le pasó a Mariano Rajoy en 2009, en un éxito. La derrota de Pachi Vázquez debilita también el liderazgo de Rubalcaba, que ya es contestado desde las federaciones de Andalucía y Valencia.

El BNG se convierte en la cuarta fuerza política, tras perder cinco escaños y quedarse con solo siete actas de diputado. Retrocede al año 1989, cuando tenía cinco escaños, y no alcanza 1993, cuando consiguió 13.

Francisco Jorquera, que se estrenaba como cabeza de cartel y sólo era conocido por el 30% de los electores, reconocía el "fuerte revés", y lo atribuía a la "fragmentación" de su formación, "en una situación muy delicada", hasta ayer siempre negada, y a la "estrategia" del Partido Popular, que "logró desmovilizar a los votantes" que no eran de derechas.

La derrota es especialmente dolorosa para los nacionalistas, pues se la infringe su exlíder, el histórico Xosé Manuel Beiras, quien en 2001 también dio al BNG su mayor éxito, al convertirle en la segunda fuerza del Parlamento con 17 escaños y más votos que el PSdeG.

Beiras, que abandonó el Bloque este año, ganó todos los escaños, nueve que no es nada, durante la campaña electoral. Su caso será estudiado por los expertos. La coalición con EU se montó en septiembre y dos meses después Anova irrumpe en la Cámara autonómica como tercera fuerza, relegando al BNG.

AGE ha conseguido captar los votos de buena parte de los desencantados de la izquierda y los cabreados con los recortes que no se quedaron en casa.

Beiras, en la noche que regresa al Parlamento autonómico, se presentó como el "motor primordial" de "un nuevo ciclo histórico" en Galicia. "Si Feijóo piensa que por renovar la mayoría en el Parlamento los ciudadanos van a estar más mansos que las vacas, está equivocado. La ciudadanía se va a reactivar y nosotros vamos a ser la vanguardia". "La rebelión cívica está en marcha", sentenció.

Con la entrada de AGE, el Parlamento tendrá cuatro fuerzas, una escena que no se dibuja desde 1997, hace quince años, cuando el PSdeG fue en coalición precisamente EU, pero luego los dos diputados de IU se fueron al grupo mixto. Desde 2001, en el hemiciclo solo convivían tres fuerzas.

No consiguieron representación autonómica UPyD con 21.000 votos, la formación liderada por Mario Conde, con más de 15.500 papeletas, y Compromiso por Galicia (14.200).