La apertura de la vía del arbitraje para resolver el conflicto de las preferentes no ha aplacado ni la rabia ni la indignación de miles de afectados que ayer tomaron las calles de Santiago armados de cacerolas, bocinas, silbatos y petardos con la intención de hacerse oír ante Novagalicia, la Xunta y el Gobierno central. A ellos les trasladaron un mensaje: no quieren "árbitros", quieren el reintegro íntegro de sus ahorros. No se fían del arbitraje, porque la devolución de su dinero quedaría en manos del Ejecutivo gallego "que juega en el mismo campo que Novagalicia" y además alegan que perderían los intereses que les prometieron. Entre gritos de "banca, ladrones" o "manos arriba, esto es un atraco", los manifestantes reclamaron justicia y que los banqueros responsables vayan a prisión.

La manifestación se convirtió en un particular vía crucis por las calles de Santiago con parada en en cada una de las sucursales de Novagalicia que se fueron cruzando. La primera escala la hicieron ante la antigua sede central de Caixa Galicia. Plantados frente a ella gritaron: "Aquí está la cueva de Alí Baba". Pese a estar custodiado el edificio por cinco agentes de policía, los manifestantes empapelaron la puerta con fotos de los exdirectivos de las cajas bajo las cuales se podía leer la palabra "Recompensa" y debajo la indemnización recibida por cada uno de ellos. La misma operación se repitió con otras oficinas de la capital gallega, a las que además arrojaron huevos.

Las plataformas convocantes calculan que fueron más de 5.000 las personas que finalmente se concentraron en la Plaza da Quintana al finalizar el recorrido de la movilización, entre ellos afectados de todas las comarcas gallegas: del Morrazo, de O Salnés, Baixo Miño, de Marín, Pontevedra, Arousa, Ourense, Lugo, A Coruña, Santiago o Ferrolterra. La única representación política en la protesta fue la del BNG. Entre los ciudadanos perjudicados por las preferentes caminaron el candidato del Bloque a la Xunta, Francisco Jorquera, y los diputados Ana Pontón, Carlos Aymerich o Ana Luisa Bouza, entre otros.

En su intervención final los portavoces de las distintas plataformas reprobaron el "engaño" y advirtieron a la Xunta y al Gobierno central que si ellos no dan una solución "serán tan culpables" como Novagalicia. "No estamos dispuestos a pagar los pufos de los bancos", clamaron. Y juntos, en las escaleras de la Plaza da Quintana, formaron "un mosaico humano" con carteles en los que se podía leer: "Los gallegos no vamos a parar hasta nuestro dinero recuperar".

"Llegaremos a actos incontrolados porque la paciencia se nos agota"

Lejos de aminorar las protestas tras anunciar Novagalicia y la Xunta que empezarán con la vía del arbitraje para solucionar el conflicto de las preferentes, los afectados dejan claro que la protesta de ayer en Santiago no será ni la última ni la más sonora. "Esto de hoy ha sido un golpe de efecto, pero necesitamos hacer algo mayor", explicó Ángeles, de la plataforma de Ferrolterra.

La falta de respuesta a sus demandas les está llevando al límite, tal y como aseguraba María, portavoz del colectivo de O Morrazo, la plataforma que agrupa a mayor número de afectados por las preferentes. "Tienen que buscarnos una solución ya porque de lo contrario llegaremos a actos incontrolados. La paciencia se nos está agotando", advirtió.

Encabezando la manifestación Juan Insua, de 76 años y vecino de A Pobra do Caramiñal, recorrió las calles de Santiago en silla de ruedas. "Perdí la parte inferior de la pierna izquierda desde la rodilla y mi mujer tiene problemas de cadera y va con muletas. ¿Alguien cree que hubiéramos comprado esto sabiendo que era perpetuo?", defiende.

"No aceptaremos que los políticos actúen de mediador en el problema"

Los afectados, que se sienten engañados por los bancos y desencantados con la Xunta, se niegan ahora a dejar la decisión sobre si recuperan o no su dinero en manos de los políticos "en connivencia con Novagalicia".

"Ésa es la solución que nos dió el señor Castellano y no nos vale. Nosotros queremos la devolución íntegra de nuestro dinero", se queja Arístides Álvarez de Ourense.

"Es como si el ladrón contrata al portero para decidir si nos deja o no entrar en nuestras casas", compara Ana, de la plataforma de A Coruña.

Según explica María Gago, otra de las afectadas, en Galicia hay 43.000 personas afectadas y el arbitraje solo permitirá a "unos pocos" recuperar sus ahorros.

Miriam, portavoz de la plataforma de Baixo Miño, advirtió además que aunque la resolución sea favorable les descontarán el dinero de los intereses cobrados.