Ni las exigentes condiciones impuestas por los 27 países comunitarios al sistema financiero para vetar el contagio de la crisis griega al conjunto del sector amenazan la viabilidad de la integración de Banco Pastor en el Popular. Una de las consecuencias que podría tener el plan de Bruselas, que impone a los cinco principales grupos financieros del país una ratio del 9% de capital principal para un escenario de recesión. Ya en la comunicación remitida a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) tras conocerse sus necesidades de recursos adicionales –2.362 millones de euros–, el equipo de Ángel Ron avanzó que el nuevo escenario no trastocaba sus planes, incluida explícitamente la OPA sobre el banco gallego que previsiblemente formalizará la próxima semana. "La operación no corre ningún peligro porque se sostiene por sí misma en cualquier escenario", reiteraba de nuevo ayer el director general corporativo y de Finanzas de la entidad, Jacobo González-Robatto. Un mensaje claro al mercado. "Se habría hecho ahora –añade–, antes y después".

Eso sí, González-Robatto dejaba caer, con cierta ironía, que con las pautas impuestas en la UE "entran menos ganas" de comprar deuda soberana. La rebaja de su valor en el caso del Popular le supone casi 600 millones del total del capital que tiene que captar. El banco tiene "la escopeta cargada" para la emisión de bonos.

Hasta septiembre, el beneficio del Popular obtuvo un beneficio de 404 millones de euros, con una caída en comparación con el mismo periodo de 2010 del 22,5%. La morosidad reputa hasta el 5,85% y hasta el 18,3% entre los créditos inmobiliarios. Las provisiones anticíclicas se quedan en los 170 millones. Los depósitos subieron un 5,2%, frente a la caída del crédito a empresas y familias, un 0,5%.