La sombra de nuevos recortes salariales, el retraso de dos días en el pago de las nóminas de abril y las advertencias del presidente de la Xunta sobre posibles bajas fraudulentas de funcionarios han destapado la caja de los truenos entre los empleados públicos de la Administración autonómica que el pasado martes mantuvieron una asamblea en San Caetano y en la que acordaron recoger firmas para reprobar a Alberto Núñez Feijóo por "hablar mal de ellos" y desacreditar su trabajo.

Ante el malestar generado entre los funcionarios de la Xunta, el conselleiro de Presidencia, Alfonso Rueda, salió ayer en defensa del trabajo de los empleados de la Administración autonómica del cual se siente, según dijo, "orgulloso". "Yo mismo soy funcionario, no ahora mismo, y las tareas que hacen los funcionarios públicos hay que reivindicarlas siempre y no creo que en ningún momento fueran puestas en duda", aseguró.

Aún así, advirtió que "otra cosa es insistir en las medidas que aseguren un buen funcionamiento de la Administración". De hecho, el presidente de la Xunta había anunciado que se extremaría el control del abstenismo laboral en colegios, hospitales y centros sociales. El anuncio lo hizo Feijóo después de que este periódico revelara que las bajas laborales en los centros dependientes de Traballo e Benestar son cuatro veces superiores a los del sector público. "Hay casos que bordean el fraude", había denunciado Feijóo.

Con este comentario ya encendió los ánimos del funcionariado, pero sería la semana pasada cuando aseguró que "ya juzgarían los ciudadanos si dos días es tarde para cobrar", en alusión al retraso en el pago de las nóminas de abril, cuando saltó la chispa entre los empleados públicos.

Los cuatro sindicatos de la Administración pública –UGT, CIG, CCOO y CSI-CSIF– convocaron una asamblea "multitudinaria" en la que criticaron la actitud del presidente de la Xunta que, en su opinión, daña su imagen. "Ningún presidente de empresa puede hablar mal de sus empleados", censuró el responsable de UGT, Francisco Núñez, que opina que al titular del Gobierno gallego "se le calentó la boca".

Durante la reunión fueron muchas las quejas contra Feijóo. "Cuando salió el tema de sus últimas declaraciones hubo una sonora pitada", explica Núñez. Pedro Méndez, de Comisiones Obreras, constató también el "cabreo" existente entre el funcionariado por la actitud del presidente de la Xunta.

Todo esto derivó en un acuerdo para recoger firmas en la Xunta contra el jefe del Ejecutivo gallego. "No se trata tando de pedirle que rectifique como de advertirle que no debe seguir por ese camino", explicaron.

Otro de los temas que suscita preocupación entre el funcionariado es la intención del Ministerio de Economía de continuar con los ajustes salariales en la Administración pública dos años más. Sin embargo, los sindicatos tranquilizaron al personal de la Xunta advirtiéndoles que, de momento, no hay ningún documento que atestigue que habrá una nueva reducción de sueldos.