Un total de 60 brigadas del dispositivo de extinción de incendios se quedarán hoy sin jefe. La Consellería de Facenda publicó ayer en el Diario Oficial de Galicia una orden declarando nulo el nombramiento en 2005 de 60 capataces, que desde entonces habían desempeñado dicho puesto a pesar de que una sentencia firme invalidó hace ya cinco años los criterios que aplicó el tribunal de selección para otorgarles estas plazas. Hoy mismo se hará efectivo el cese y sus puestos serán cubiertos en el plazo de un mes por los aspirantes que, según los nuevos criterios, aprobaron las oposiciones convocadas hace casi siete años.

El problema que obligará a sustituir en bloque a 60 capataces del servicio de extinción –aproximadamente el 10% del total– a menos de dos meses de la campaña de verano surgió en el año 2005, cuando varios afectados recurrieron la decisión de la Xunta de homologar en las bases de la convocatoria la experiencia profesional de los aspirantes a la titulación académica. Ninguna de estas personas tenía la formación requerida –el título de capataz forestal o un FP en gestión y organización de recursos naturales–, pero lograron superar las oposiciones al acreditar su experiencia en al menos tres campañas de incendios ocupando el mismo puesto o uno similar.

Todos los jefes de cuadrilla que hoy cesarán de sus cargos son personas con una larga trayectoria profesional en la lucha contra los incendios y, como explica María José Viaño, delegada de CC OO en el comité de Medio Rural de Pontevedra, algunos incluso empezaron a trabajar en las brigadas "antes de que el Estado transfiriese a la Xunta las competencias en materia forestal". Cuando en 1991 se constituyó el servicio de prevención y defensa contra los incendios de Galicia, el Gobierno gallego tuvo dificultades para configurar sus brigadas ya que, como explica Viaño, en aquella época "había titulaciones diferentes y no era fácil encontrar gente con estudios de capataz".

Por eso, se recurrió en parte al personal que desde los años 80 ya trabajaba en los montes bajo la coordinación del antiguo Icona, gente con experiencia pero en la mayor parte de los casos, sin formación específica. "Aunque ahora la mayoría de las personas ven un puesto en la Administración como una salida muy atractiva, en los 90 no había precisamente gente dándose bofetadas por entrar en el servicio. Había que trabajar en verano, fines de semana, y cotizábamos aún por el régimen agrario", argumenta Viaño para explicar cómo eran las plantillas de aquellas primeras brigadas.

Esta situación llevó a que cuando en el año 2004 se convocaron oposiciones para consolidar 140 puestos de capataz como personal laboral fijo, se tuviera en cuenta el perfil del personal que realizaba estas tareas a la hora de fijar los criterios de selección. Pero la inclusión como requisito de la experiencia laboral sin exigir una titulación académica llegó a los tribunales. A principios de 2006 un juzgado de lo Contencioso de Santiago y un año más tarde, el Tribunal Superior de Xustiza, declararon nulo este criterio al considerar "imprescindible" para acceder a estas plazas "estar en posesión o en condiciones de obtener en los plazos señalados alguna de las titulaciones" estipuladas en las bases de la convocatoria.

En mayo de 2007 Facenda ordenó la ejecución de la sentencia aunque para ello el tribunal que calificó en su día las oposiciones tuvo que revisar caso por caso la titulación de todos los aspirantes, para poder eliminar de la lista de aprobados a los que no cumplían dicho requisito. Este proceso de comprobación se prolongó durante casi cuatro años ya que no fue hasta el pasado mes de enero cuando el tribunal examinador emitió su nueva propuesta de nombramientos.

El recambio al frente de las brigadas, con todo, no será automático. La orden publicada ayer en el DOG establece que los nuevos aprobados deberán tomar posesión de sus puestos en un mes mientras que aquellas personas que ya ejercían como jefes de cuadrilla pero que, debido a la sentencia, lograron mejorar su puntuación y hayan decidido cambiar de destino, tendrán seis días para cesar de su actual puesto y tomar posesión del nuevo.

Desde CC OO, sin embargo, no esperan que todos estos cambios de personal en las brigadas alteren su funcionamiento ya que, como aclara María José Viaño, la mayor parte de los capataces que acaban de ser nombrados "es gente que estaba trabajando ya en el servicio de extinción pero en otras categorías". "Una brigada entera sin experiencia puede generar problemas pero si solo un miembro es nuevo aunque esté al mando no debería haberlos", dice.