El mal funcionamiento de las depuradoras municipales es una de las principales causas de contaminación de los ríos y rías de Galicia. De hecho, en 2010 la mitad de las sanciones por vertidos fueron por aguas residuales de origen urbano, lo cual se explica por la inexistencia de sistemas de saneamiento en algunos municipios pero también por fallos o deficiencias en las estaciones de depuración (EDAR) que ya funcionan. Para atajar esta situación la Consellería de Medio Ambiente inspeccionará un total de 119 plantas depuradoras para garantizar que tratan correctamente las aguas residuales y, en caso de detectarse problemas, asesorar a los consellos para que mejoren su explotación.

Para realizar estos trabajos el departamento de Agustín Hernández contratará a una empresa para que durante dos años visite las plantas y tome periódicamente muestras. Esta tarea costará a la Administración gallega 1,8 millones de euros.

Con estos controles el organismo público, dependiente de Medio Ambiente, Augas de Galicia pretende garantizar las obligaciones legales de tratamiento de aguas residuales. Según recuerda, la Directiva Marco del Agua de la UE marca como objetivo conseguir el buen estado ecológico de los ecosistemas acuáticos para el año 2015.

Para ello la empresa contratada por la Xunta supervisará que las depuradoras municipales no superen los valores límites de vertidos que marca la directiva europea. Los trabajos consistirán en controlar la explotación de las 119 plantas, tomar y analizar muestras de las aguas residuales, diagnosticar posibles deficiencias, prestar asesoría técnica a los concellos y estimar los costes y supervisar los gastos para mejorar la gestión de estas EDAR.

Aunque en Galicia hay más de 150 depuradoras, la Xunta ha seleccionado 119 para esta campaña de inspección entre las que se encuentran no solo las plantas de los núcleos urbanos más grandes sino también las de aquellas poblaciones con menos de 2.000 habitantes.

Además Medio Ambiente prevé que en los próximos dos años se pongan en funcionamiento otras ocho plantas que, en ese caso, se incluirían en el lote sometido a control por parte de la empresa adjudicataria de los trabajos. Según sus cálculos, antes de 2014 empezarán a operar nuevas EDAR en Arzúa, Carballo, Ponteceso, As Pontes, Ribeira, Cervo, O Carballiño y A Cañiza.

La previsión es que los técnicos realicen 854 visitas a las plantas depuradoras en los próximos dos años y tomen en torno a 1.844 muestras de agua.

Entre las estaciones depuradoras que se supervisarán se incluyen las dos plantas de Santiago, las EDAR de Lagares y Teis, en Vigo, las instalaciones de la de Lugo y la de Ourense.

Con estos controles Medio Ambiente intenta frenar los vertidos provocados por aguas residuales que en 2010 obligaron a la Xunta a imponer un total de 60 sanciones, muchas de ellas a los propios concellos cuando son ellos los que gestionan directamente la EDAR y no lo hacen a través de una empresa. Aunque en total las multas por contaminación a los ríos y rías se mantuvo estable en 2010, las infracciones relacionadas con deficiencias o ausencia de saneamiento se elevaron un 22 por ciento con respecto a 2009.