El Gobierno gallego dio ayer el primer paso para cambiar el actual modelo de investigación de la comunidad autónoma y sustituir al puesto en marcha por el bipartito. Tras su aprobación ayer en el Consello de la Xunta para que entre en vigor el día 1 de enero, el programa tendrá una vigencia de cinco años y dispondrá de 1.200 millones de euros para su financiación –un 45% más que el anterior plan–, de los cuales 192 corresponden al primer ejercicio. Entre las principales novedades figuran la medición del impacto social y económico que tendrá la investigación y el reajuste de la plantilla de investigadores a las "necesidades reales". Pero no será la Xunta quien fije el cupo, como hasta ahora, sino que serán las propias universidades las que tomen la decisión. Por eso, ayer, el conselleiro de Economía e Industria, Javier Guerra evitó en todo momento cualquier referencia a una merma del número de investigadores. "No vamos a reducir la plantilla, sino adaptarse a las necesidades reales. La reducción no viene dada por este plan, viene dada por las necesidades que tengan las universidades", aseguró el conselleiro, quien en todo caso matizó que no se es más competitivo ni productivo por tener más personas, que no se puede continuar con el actual volumen y que tampoco se puede apostar por mantener una superestructura "que no tiene encaje".

A partir ya del mes de enero, la Xunta se sentará a negociar con las universidades para que éstas realicen sus propuestas y determinen los programas de investigación y la capacidad que tengan para mantener investigadores, "sin crear falsas expectativas" para los aspirantes a un puesto. Del plan de I+D+i depende el futuro de cientos de investigadores, que están a la expectativa de cómo se resuelve su carrera profesional.

Mientras tanto, añadió Guerra, se han prorrogado todos los contratos de 2010 y se han aprobado quince proyectos con las universidades. El modelo supondrá revisar los programas existentes, como el Parga Pondal, que incluso podrían cambiar su denominación.

El nuevo plan, ahora llamado de Investigación, Innovación e Crecemento (I+I+C) buscará una mayor colaboración con las empresas, de forma que se incrementen las aplicaciones prácticas y se abra ahí un nicho para colocar a los investigadores, y también se medirá de qué forma el proceso investigador da rendimiento a la sociedad, la cual es en última instancia de donde salen los recursos públicos con que se financian.

El Consello aprobó ayer, precisamente, un gasto de 1,3 millones de euros para contratar a quince investigadores con carreras consolidadas por parte de las universidades, además de remodelar el organigrama la Consellería de Cultura para crear la Dirección Xeral do Libro, Bibliotecas e Arquivos, que se encargará además de la gestión de la red de bibliotecas y archivos de Galicia, que tendrán su cabecera en la Ciudad de la Cultura.