"Era un chico muy amable. Saludaba muy alegre a todo el mundo". Los vecinos del Camiño de Antonexas, donde Rodrigo Amo González residía con su familia, en la parroquia de Priegue, en el municipio pontevedrés de Nigrán, definían así ayer al joven que perdió la vida en el incendio de la madrugada del viernes en Fornelos de Montes y mostraban su consternación por lo ocurrido. Muchos de ellos se enteraron de la fatídica noticia por la presencia de medios de comunicación en el entorno de la casa. Algunos habían oído gritos a las cinco de la mañana, pero jamás se imaginaron que podían deberse a la muerte del chico. Se trata de un entorno de viviendas unifamiliares, con altos muros la mayoría de ellas, "donde cada uno va a lo suyo".

La discreción caracteriza a la familia de Rodrigo, pero también a sus amigos más cercanos, que rechazaron profundizar en detalles sobre el fallecido por "respeto". El joven de 35 años era hijo de Íñigo Amo, empleado de banca en Vigo, y Elvira González, profesora que ejerció como directora del instituto 1º de Marzo de Baiona durante años. Cuenta con un hermano mayor, Íñigo, y una menor, Aitana. Todos ellos se encontraban ayer desbordados por lo sucedido y vivieron su dolor en la intimidad de su hogar nigranense.

Los que conocían a Rodrigo dicen de él que era un gran deportista y amante de la música. Participaba en partidos de fútbol de amigos con frecuencia y disfrutaba mucho de sus discos. De hecho, la familia pidió al alcalde de Nigrán que no suspendiese el concierto de la banda rock Dakidarría, previsto la noche de ayer porque "a él no le gustaría que se suspendiese".

Rodrigo no nació en la casa de Priegue, pero vivía allí desde hace más de veinte años y forjó sus amistades en Nigrán. Acudió al colegio público Humberto Juanes y al instituto de Nigrán y luego salió de casa para estudiar Filosofía. Pese a su licenciatura, Rodrigo todavía no había encontrado un empleo estable y participaba en las cuadrillas de extinción de incendios de la Xunta durante el verano para ganarse un dinero y disfrutar de la actividad, que le apasionaba. Sus amigos aseguraban ayer que pensaba en dedicarse profesionalmente a la extinción de incendios durante todo el año y presentarse a pruebas para formar parte de algún cuerpo de bomberos del entorno o incluso del Grumir Val Miñor, pero todavía no había tomado la decisión.

La noticia de su muerte conmocionó ayer a todo el Val Miñor. El Concello de Nigrán transmitió sus condolencias a familiares y compañeros del joven e izó todas las banderas de los edificios oficiales a media asta en señal de luto. El Ayuntamiento de Gondomar, donde estaba asignada la cuadrilla de Rodrigo y su compañero también fallecido Julio Martínez Da Silva, también mostró su pesar por el trágico suceso y colocó crespones negros en las enseñas oficiales. En Baiona se repetían las muestras de solidaridad con la familia y pesar por la muerte de Rodrigo. Aunque su madre llevaba varios años fuera del instituto de ESO para impartir clases en lugares como Marruecos o Francia, su paso por el centro dejó recuerdos imborrables a muchos de sus vecinos.

El joven nigranense será incinerado hoy en las instalaciones de Emorvisa en Vigo, junto al cementerio de Pereiró, después de un funeral en la capilla de dicho tanatorio a las 12.30 horas. Está previsto que acudan el delegado del Gobierno en Galicia, Antón Louro, y el subdelegado del Gobierno en Pontevedra, Delfín Fernández, además de representantes de la Xunta de Galicia.