El Gobierno portugués paralizará inversiones en infraestructuras públicas para aliviar la economía del país y contribuir a la recuperación de la moneda comunitaria en plena crisis de la Eurozona. Así lo anunció ayer el primer ministro luso, el socialista José Sócrates, quien lanzó un mensaje clave para Portugal pero también para Galicia: "Todas las obras que ya han sido financiadas y adjudicadas deben continuar. Pero los proyectos que todavía no han sido adjudicados tendrán que esperar a que la estabilidad financiera regrese a los mercados". Las palabras del mandatario luso dejan en el aire el AVE Vigo-Oporto, previsto en principio para 2015.

Sócrates parece haber sucumbido, finalmente, a las presiones de la oposición y del propio presidente de la República, Cavaco Silva, partidarios de frenar las inversiones en infraestructuras hasta que Portugal mejore su situación económica. Esta semana, Cavaco organizó un encuentro con ex ministros lusos de Economía en el que censuraron la apuesta de Portugal por las grandes obras públicas, con especial atención al AVE, cuando las finanzas se encuentran en un serio aprieto que obliga a realizar recortes en sus presupuestos. El primer ministro luso avanzó ayer, tras asistir a una cumbre de líderes de la Eurozona en Bruselas (reunidos precisamente para afrontar la crisis de la deuda que comenzó en Grecia y amenaza a Portugal, España e Italia), que el aeropuerto de Lisboa (previsto para 2018) tendrá que esperar, así como el puente sobre la desembocadura del Tajo, incluido en el segundo tramo del AVE entre Lisboa y Madrid.

Aunque admite el aplazamiento de obras públicas que no figuraban en los recientes recortes ya anunciados para aliviar el alto déficit del país (9,4%), Sócrates niega haber cambiado de opinión. "Las obras no adjudicadas siguen siendo absolutamente indispensables para la modernización del país. No sería razonable que el gobierno lanzase concursos para los que puede haber dificultades de financiación. Lo que pienso es que es razonable esperar por buenas condiciones de mercado", explicó el dirigente socialista.

Mientras, desde Portugal, el primer ministro de Obras Públicas, Antonio Mendonça, lanzaba la misma advertencia, después de firmar el contrato de concesión de los primeros 170 kilómetros de AVE entre Lisboa y Madrid; el tramo Poceirao-Caia, junto a la frontera con Badajoz. "Habrá una nueva apreciación de proyectos que aún no estaban comprometidos", afirmó el ministro, destacando el puente de 50 kilómetros que serviría para conectar por ferrocarril Lisboa con Poceirao. Esta situación de "no adjudicación" incluye proyectos como el AVE entre Galicia y Portugal por alta velocidad. Mendonça aclaró, sin embargo, que esta nueva evaluación no pone en riesgo la conexión entre Lisboa y Madrid, planteando uniones "transitorias".

El tramo Poceirao-Caia, cuyas obras se esperan que comiencen en los próximos meses, tiene un coste de unos 1.500 millones de euros (el 31% corresponde al Estado luso) y unirá a ambas capitales en dos horas y 45 minutos. En cuanto al proyecto total de la red de alta velocidad entre Portugal y España, que incluye la conexión de Lisboa con Madrid y otra línea con Galicia, tiene un coste global estimado en 9.000 millones de euros y sus distintas fases deberían estar en funcionamiento entre 2013 y 2017.

El partido Socialdemócrata (PSD), principal fuerza opositora de Portugal, se mostró ayer satisfecho con la decisión de Sócrates, aunque lamentó que el AVE siga adelante. Pedro Passos Coelho, líder del PSD, consideró "importante" el bloqueo de obras y, respecto al compromiso sellado ayer, resaltó la necesidad de haberlo retrasado y acusó al Ejecutivo luso de "cierta obcecación y alejamiento de la responsabilidad política" por no suspender el AVE.