Los proyectos de alta velocidad ferroviaria en Galicia no sólo van más lentos que en otras partes del territorio español sino que avanzan con menos impulso económico. La prueba es que en la última década el AVE gallego recibió sólo una tercera parte de lo que se gastó en las conexiones ferroviarias con Cataluña o la mitad de lo que se destinó a las comunicaciones por tren con el País Vasco o con la Comunidad Valenciana.

Entre 1997 y 2008 el Consejo de Ministros autorizó inversiones por valor de 3.422 millones de euros para avanzar tanto en las líneas interiores del AVE gallego como en los accesos desde la Meseta, un cantidad notablemente inferior a los 9.794 invertidos en las conexiones con Cataluña -que incluyen desde las comunicaciones internas hasta el corredor Madrid-Barcelona-Frontera francesa-. Así se refleja en un informe del ingeniero Xosé Carlos Fernández Díaz, que colabora además con la Confederación de Empresarios de Galicia en el seguimiento del estado de las obras del AVE en Galicia.

Sólo en las comunicaciones de alta velocidad con Andalucía, Extremadura o en el corredor del Mediterráneo se ha invertido en la última década una cantidad menor que en Galicia. Hay que tener en cuenta, sin embargo, que en el caso andaluz ya en 1992 tenían en funcionamiento el AVE Madrid-Sevilla.

En Cataluña los proyectos de alta velocidad ferroviaria también fueron anteriores a los gallegos, ya que en 1988 empezaron con los trabajos de planificación.

En Galicia se empezó más tarde, aunque a finales de los ochenta ya se reclamaba que la comunidad autónoma estuviera conectada por AVE con Madrid y Portugal. Sin embargo, el Gobierno central no accedería a incluir a la autonomía gallega en sus planes de alta velocidad hasta el año 2000. A pesar de empezar con más retraso que en otras comunidades, no por ello se intensificó el ritmo inversor.

Como ejemplo, en los dos últimos años el área nordeste de España recibió 1.710 millones de euros para sus conexiones de alta velocidad, mientras que en Galicia las inversiones autorizadas por el Consejo de Ministros no alcanzaron los 900 millones de euros.

Según los cálculos de Xosé Carlos Fernández Díaz, desde 1997 Galicia ha recibido un 12,75 por ciento de las inversiones en obras ferroviarias del Estado. Fue en el año 2003 cuando más impulso se dio al AVE gallego, ya que el porcentaje de recursos que recibió dentro del conjunto del territorio nacional fue del 24,45 por ciento.

Estas cifras salen de los acuerdos adoptados por el Consejo de Ministros en la última década que, según explica Fernández Díaz, reflejan el gasto real en las obras. Si se tiene en cuenta la inversión adjudicada en el AVE gallego las cuantías, sin embargo, son más altas: el año pasado ascendió a un total de 817 millones de euros.

Hasta el momento, todo el esfuerzo inversor se ha centrado en el Eje Atlántico, que ha acaparado el 60 por ciento de los recursos destinados al AVE gallego desde sus orígenes, contando tanto lo destinado a las las líneas interiores como a los accesos a Galicia. En 2008 el corredor que conecta Vigo con Ferrol recibió 481 millones de euros, prácticamente la totalidad de la inversión adjudicada en la red interna de la comunidad autónoma.

Sin embargo, el mayor retraso está en el corredor de entrada de la alta velocidad a Galicia, sobre todo en el tramo Lubián-Ourense, donde el año pasado no se invirtió un euro. En el resto del recorrido que permitirá la entrada del AVE a la comunidad gallega se gastaron 334 millones en 2008, la mayoría -unos 182- para el trayecto Zamora-Lubián.