Más de la mitad de los gallegos, el 55,2 por ciento, cree que la crisis económica no ha hecho más que comenzar y prácticamente el mismo porcentaje, un 50,6 por ciento, califica la actual situación económica de Galicia como de "mala". La proporción asciende cuando los encuestados miran atrás y consideran que la comunidad está peor que hace un año (un 64,7 por ciento) y un 54,7 por ciento vaticina que dentro de un año será "peor".

Los datos forman parte del estudio sobre el Clima Social de Galicia correspondiente a los meses de junio y julio de este año y fueron presentados ayer por el secretario xeral de Análise e Proxección, Xosé Manuel Rivera Otero, quien resumió los resultados de la encuesta en "una situación del clima social ligeramente más negativa que en el trimestre anterior marcada claramente por la percepción de la situación económica general, que es negativa".

No obstante, según indicó Rivera Otero, se detectan en Galicia "dos elementos de fortaleza". En primer lugar, que la percepción que tienen los encuestados sobre las economías familiares es "aún buena" y que el "grado de afectación en la situación personal de cada uno es aún bueno".

Responsabilidad

Los dos mil gallegos encuestados, quinientos por provincia, no obstante, no consideran que el Gobierno gallego sea el responsable de la coyuntura económica en la que viven. Así, los datos indican que cuatro de cada diez de los preguntados responsabilizan a los mercados internacionales, seguidos de un 22,3 por ciento que apunta al Gobierno español y de 16,5 por ciento que señala a la Unión Europea. Sólo un 1,2 por ciento culpa al Ejecutivo autonómico de la crisis.

Las preguntas que atañen a la valoración del Gobierno autonómico parecen corroborar estos datos. Más de la mitad de los gallegos dice "aprobar" la actuación del Ejecutivo autonómico, un porcentaje que desciende al 35,5 por ciento cuando se trata de "desaprobarla".

En todo caso, según señala el estudio, el 43,7 por ciento de los ciudadanos opina que los efectos negativos de la crisis económica son "iguales" que en otras comunidades y que el colectivo más afectado son los trabajadores. Siete de cada diez cree que son estos los que sufren "mucho" la crisis, mientras que en el mismo apartado para los empresarios el porcentaje sólo llega a la mitad. En cuanto a las economías personales, uno de cada cuatro asegura que la situación económica actual le afecta "mucho" y el porcentaje sube a 4 de cada diez si el matiz es "bastante".

Mientras que seis de cada diez gallegos aseguran que la coyuntura no ha influido sobre sus planes o hábitos de vida, un 38 por ciento admite que ha tenido que modificarlos por esta causa. De este 38 por ciento, un 36,3 por ciento admite que debe controlar el gasto en artículos de primera necesidad en el hogar y llega al 16,1 por ciento el porcentaje de aquellos que han tenido que viajar menos o renunciar a las vacaciones. Casi el diez por ciento reconoce también que ha reducido su gasto en actividades de ocio y un 5,3 por ciento achaca a la crisis el no poder comprar o alquilar una vivienda.

Al margen de la crisis, el problema más mencionado por los gallegos sigue siendo la falta de trabajo y el desempleo, que fue referido como tal por tres de cada diez ciudadanos. A continuación figuran el atraso económico respecto a España (mencionado en un 13,9 por ciento) y después las bajas retribuciones salariales y la carestía de la vida (referido por uno de cada diez encuestados). La vivienda y el urbanismo, que figuraban en segundo lugar en la anterior encuesta, pasa al cuarto puesto.

Respecto a las instituciones, siguen siendo los municipios los mejor considerados por los gallegos. Un 34,8 por ciento estima que el trabajo realizado el último año por su concello fue "bueno" o "muy bueno". A continuación, viene la Xunta, para la que este porcentaje alcanza el 31,1 por ciento, mientras que el Parlamento sólo llega al 25,5 por ciento.