X. A. Taboada / Santiago

La disputa entre el PSOE y el BNG sobre a quién correspondería liderar el seguimiento de las obras del AVE en Galicia dio ayer un giro inesperado al anunciar el vicepresidente de la Xunta, Anxo Quintana, su renuncia a presidir la comisión de control y ceder la responsabilidad a la conselleira socialista de Política Territorial, María José Caride. Con este gesto, que según Quintana es para "zanjar" los problemas de "protagonismos", el vicepresidente busca un acercamiento con el PSOE a fin de que en el Parlamento gallego se pueda aprobar -como pasó en el Congreso, pero sin el voto socialista- una propuesta por consenso para presionar a Fomento sobre la ejecución del AVE, con la fecha tope del año 2012, y demandar también desde Galicia "con una posición unitaria" la creación de esa comisión de seguimiento de las obras. La actitud de Quintana fue ninguneada por el PSOE, que la considera un "brindis al sol".

La constitución de esta comisión fue aprobada el pasado miércoles en el Congreso con el voto en contra el PSOE, pero como Pérez Touriño declaró al día siguiente que a su partido le faltó cintura y que debía apoyar la iniciativa, el BNG trató que trasladar al Parlamento gallego una propuesta semejante, para lo que cuenta con el apoyo del PP. No obstante, el PSOE presentó por su cuenta una iniciativa en la que no hace referencia alguna al AVE del Eje Atlántico y además propone que la comisión de seguimiento fuera lliderada por Caride y la ministra de Fomento.

Con estas posturas divergentes, los tres grupos parlamentarios intentaron el martes consensuar una postura común, pero fracasó, por lo que ayer Quintana decidió sacarse de en medio. "Quiero dar un paso al frente, voy a renunciar a ser el presidente de la delegación gallega en la comisión. Llegados a este punto, ya no hay problemas, ya no hay obstáculos para la unidad", dijo el también portavoz nacional del BNG.

En todo caso, Quintana quiere que se reúna cuanto antes la comisión bilateral Xunta-Estado, dentro de la cual se creará la destinada a vigilar obras del AVE, y que el Gobierno se ratifique en los plazos o diga que no son posibles y proponga otros "con valentía". El vicepresidente es partidario de dar también entrada, aunque no sabe la fórmula concreta, a representantes de los partidos, incluidos el PP, en este órgano de supervisión de las obras, pero cuenta con la negativa del PSOE, para el que la interlocución será sólo entre gobiernos, sin mediación de partidos políticos.

La renuncia de Quintana fue considera con desdén por parte del portavoz parlamentario del PSdeG-PSOE, Ismael Rego, para quien el líder nacionalista protagonizó un "auténtico brindis al sol" y una "pose electoralista". Rego restó toda validez al gesto de Quintana porque, aseguró, "no estaba ni se le esperaba" en la comisión de seguimiento del AVE, cuya composición va a depender del acuerdo al que lleguen el Gobierno central y la Xunta. "No hace ninguna aportación novedosa ni generosa", añadió.

Rego quiso destacar también que tal como está la ley no es posible que los grupos parlamentarios participen en la comisión de seguimiento. "La ley no la inventó yo", espetó.

Por su parte, el presidente del PP de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, reclamó ayer que esta comisión se cree este mes y que Pérez Touriño "no la boicotee". "Aguardo que no haya un paso atrás", dijo en un acto en Vilalba. El líder de la oposición defiende además que los grupos parlamentarios participen en la comisión de seguimiento de las obras para así "asegurar" los presupuestos que "necesita" la comunidad gallega. "Nadie perdonaría en Galicia que aquello que conseguimos en Madrid los perdamos en Santiago", comentó Feijóo.

Tras el gesto de Quintana, el BNG convocó para hoy a PSOE y PP para ver si consensúan una propuesta en el Parlamento.