Por cada diez jóvenes que ahora viven en Galicia, dentro de nueve años sólo habrá seis. Éste es el escenario demográfico que dibuja el Instituto Galego de Estatística (IGE) para 2017 y que la Xunta está manejando para planificar, por ejemplo, sus recursos en política educativa. El equipo de Laura Sánchez Piñón es consciente de que en menos de una década las aulas de las universidades y de los centros de Formación Profesional se volverán a quedar grandes, pues Galicia pasará de tener casi seiscientos mil jóvenes entre 20 y 34 años a tener algo menos de 380.000, es decir, un 37 por ciento menos.

En base a la proyección demográfica más pesimista que elabora el IGE, la Consellería de Educación también sabe que los niños entre cero y 19 años serán un diez por ciento menos, un dato crucial a tener en cuenta al reordenar los recursos escolares.

Más pensiones

El Instituto Galego de Estadístico calcula que Galicia volverá a perder población, pese a que en los últimos años ha experimentado cierto repunte, gracias a un ligero incremento de la natalidad y la llegada de inmigrantes.

El IGE advierte de que habrá una sangría de jóvenes, pero por el contrario la población jubilada dentro de nueve años crecerá un 7,4 por ciento, lo que supone que el Estado español deberá abonar 44.500 pensiones más que en la actualidad.

Sin embargo, los trabajadores que podrán garantizar el sistema de bienestar serán menos, pues la población en edad de trabajar mermará en un 11,4%, un porcentaje que se traduce en casi 147.500 gallegos menos en el grupo de la población activa.

El futuro que prevé el IGE pasa porque a corto plazo la fecundidad en Galicia será "muy baja", la esperanza de vida se incrementará "moderadamente", igual que la emigración.

En cambio, habrá "una desaceleración" de los flujos de entrada de extranjeros de la comunidad. En conclusión, la comunidad vivirá "una fuerte reducción" de la población (un siete por ciento) y "un acelerado envejecimiento" de la estructura demográfica.

El instituto dependiente de la Consellería de Economía proyecta tres escenas posibles para 2017 y la descrita es la más negativa, pero en las tres hipótesis posibles la caída de la población joven es importante. Los jóvenes entre 25 y 29 años serán o un 42,5% menos, o un 35,3% menos, o un 28,6 por ciento menos. Cualquiera de estos porcentajes enciende las alarmas, la comunidad va a perder energía e impulso, pues el futuro siempre lo construyen las nuevas generaciones.

El declive demográfico que augura el IGE tampoco es una novedad. Echando la vista atrás, en el año 1960, había 913.480 niños entre cero y diecinueve años, y las últimas cifras oficiales, a uno de enero de 2007, rebajan este dato a 442.378 menores, un 51,5 por ciento menos en guarderías, colegios e institutos.

Por el contrario, el número de mayores se ha doblado con creces. Hace cuarenta y ocho años, Galicia era muy distinta a la autonomía que ahora conocemos. Se contabilizaban en la comunidad 338.207 gallegos de sesenta años o más, según las cifras del Instituto Nacional de Estadística. Ahora ya son un 126 por ciento más, exactamente 814.458.