Aunque el escritor Manolo Rivas popularizó la cifra de "un millón de vacas" pastando por los prados de Galicia, la realidad es bien diferente. Son sólo 400.000 las cabezas de ganado que hay en la comunidad autónoma y hasta cinco razas autóctonas de esta cabaña están en peligro de extinción. De la "cachena", la "caldelá", la "frieiresa", la "limiá" y la "vianesa" apenas quedan 6.000 ejemplares y por ese motivo cuentan con una especial protección por parte de la Administración autonómica.

Para evitar su desaparición, la Consellería de Medio Rural cuenta en Coles (Ourense) con el Centro de Recursos Zooxenéticos, donde se cría y se mejora genéticamente este tipo de ganado para recuperar la cabaña de razas autóctonas.

Precisamente, el director de este centro, Carlos López, explica que se trata de estirpes milenarias que empezaron a desaparecer en los años 60. A mediados de siglo surgieron problemas de alimentación, que propiciaron la introducción de razas foráneas con capacidad de engorde "más rápido".

Las razas autóctonas necesitan 70 días para engordar un kilo y medio, cuando los animales importados en sólo 40 días ya ganan dos kilos. "No podían competir", admitió Carlos López. A esta situación, se sumó la mecanización del campo. Las razas autóctonas son más rústicas y propicias para el tiro de aparejos agrarios como arados y carros, que comenzaron también a desaparecer y con ellos también estas vacas.

Sin embargo, Carlos López destacó que con la labor del centro y las ayudas de Medio Rural el censo de estas cinco razas de vacas se ha ido recuperando en los últimos años.

La "cachena" -considerada la vaca más pequeña del mundo- es la que está en mejor situación con 3.025 cabezas, según el censo de 2007. Le sigue la "vianesa", con 1.159, y la "caldelá", con 1.025. Niveles más bajos revelan la "frieiresa" con una cabaña de 372 reses y la "limiá" con 414.

Los ganaderos están comenzando a "redescubrir" las ventajas de estas razas como su "gran adaptación" al medio en que viven o el hecho de que que han sufrido un proceso de selección natural que les ayuda a prevenir enfermedades y hacer frente a rigores climáticos.

Protección especial para la galiña de Mos y el porco celta

Otras especies autóctonas que están en peligro de desaparición son la "ovella galega", el "porco celta" y la "galiña de Mos". Al igual que las cinco razas de vacas con riesgo de desaparecer, reciben una especial protección de la Consellería de Medio Rural que intenta fomentar su cría en las explotaciones gallegas.

En algunos casos estas medidas han empezado a dar resultados como en el de la "galiña de Mos", que es la que se utiliza tradicionalmente para la cría de los famosos "capóns de Vilalba". Así, se ha pasado de los 11 criadores que había en 2001 a un total de 352 de la actualidad.

Otra raza que intentan extender desde la Consellería de Medio Rural es la de la "ovella galega", de la que destaca su gran facilidad para alimentarse en terrenos de escasa rentabilidad. Así, el director del Centro de Recursos Zoogenéticos, Carlos López, las define como "unas perfectas desbrozadoras naturales para evitar los incendios".