"La Medicina ha cambiado más en los últimos 50 años que en dos siglos enteros", relata Luis Alba, responsable del comité del Complexo Hospitalario de Vigo. El inicio y el final de la vida "se han medicalizado" y han aparecido dilemas éticos a los que hay que dar una respuesta. "Al final, de lo que se trata, es de mejorar la calidad de la asistencia sanitaria", resume. Por eso, la razón de ser de los grupos es que sirven "tanto en cuanto la gente lo necesite".

Luis Alba es crítico con el proceso con el que se crearon los comités en Galicia, dentro de los comités técnicos sanitarios (de tejidos, de farmacia...). "Eso no fue lo correcto. Nosotros manejamos los valores, no los hechos técnicos y, por lo tanto, no tiene sentido compartir la misma normativa", dice. Aún así, es un firme defensor de la independencia de estos organismos, "que se respeta". La no intervención de la dirección del centro es fundamental "para que se sepa que la discusión que vamos a tener a raíz de un dilema ético no está mediatizada". "Una cosa es que la institución apoye los comités y otra muy distinta que no se respetara la autonomía", añade. Por esto también la convocatoria para entrar en el comité es libre.

Hay una idea constante en las palabras de Alba, que se repite en muchos expertos en bioética. "Hay que recordar que nos movemos en una gran incertidumbre. La Medicina no es una ciencia exacta", subraya. Sin "dogmas de fe", los comités de ética están precisamente para eso. "Hay unos hechos y se intentan racionalizar. No es fácil a veces. Lleva tiempo discutir, debatir. A veces hay muchas formas de actuar ante un mismo caso", dice el ginecólogo. La "judicialización" de la Medicina juega en contra. "Hay facultativos que se ven abocados a hacer Medicina defensiva y eso no es bueno".