Tras varios meses de divergencias, al fin hay acuerdo. El Celta se queda en Vigo gracias a la concesión del nuevo Balaídos, por 40 o 50 años más, y al visto bueno a la construcción de la futura ciudad deportiva en Mos. La infraestructura contará con diez campos, un miniestadio para el Celta B, un edificio de oficinas, una residencia y un gran área comercial.

Mientras tanto, las obras en el estadio de Balaídos siguen adelante. Pese el contratiempo con la grada de Río, de la que hubo que retirar piezas, los trabajos continúan. De hecho, el Concello sacó ya a licitación las nuevas gradas de Gol, Marcador y el aparcamiento subterráneo anexo al campo, con 1.000 plazas, tareas presupuestadas en 30 millones de euros aportados por el Concello y la Diputación Provincial.

Por último, la reforma de la futura sede de la entidad deportiva en Príncipe avanza a buen ritmo y se prevé su apertura para la primera quincena de marzo. El edificio albergará oficinas, residencia, salas de exposiciones, gastrobar e incluso un policlínico.