El presidente de la Xunta y líder del PPdeG, Alberto Núñez Feijóo, pide autocrítica a su partido. "Debemos mejorar y cuando tenemos un mal resultado, no le podemos echar la culpa a los demás", advirtió a su llegada al comité ejecutivo nacional del PP, que ayer se celebró en Madrid. La debacle electoral de los populares en Cataluña, que ha pasado de 11 a solo tres escaños, les debe llevar a "reflexionar", pero con "sosiego", tal y como apuntó el jefe del Ejecutivo gallego. Y en cualquier caso, matizó que Mariano Rajoy "no queda debilitado" tras los resultados cosechados el 21-D y su gestión de la crisis catalana.

Y al mismo tiempo que reclama autocrítica a los suyos, Feijóo no evita elogiar abiertamente a Ciudadanos y a su cabeza de cartel en Cataluña, Inés Arrimadas, a quien ve como una "excelente candidata" que movilizó "como nunca el voto útil". "Tiene un enorme mérito porque es la primera vez en la historia de la autonomía catalana que ha ganado un partido no nacionalista", declaró. En cualquier caso, añadió que no cree que los resultados del 21-D sean extrapolables a España o a otras comunidades.

La crisis catalana ha abierto una brecha además en la izquierda rupturista que cada vez es más evidente. Xosé Manuel Beiras, de Anova, cargó ayer contra el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, y contra el candidato de Catalunya En Comú-Podem, Xavier Domenech, al recriminarles en un mensaje en su cuenta de twitter que "no hayan querido comprender que el independentismo catalán era un aliado de la izquierda rupturista".

Por su parte, el portavoz de En Marea, Luís Villares, interpreta que los resultados del 21-D evidenciaron "la derrota de la vía de la represión para resolver conflictos políticos". Similar fue el análisis de la nacionalista Ana Pontón (BNG): "Me siento orgullosa de un pueblo que no acepta la represión".