El deseo de que España se mantenga unida ha logrado concentrar en menos de un mes, por dos veces, a cientos de miles de personas en Barcelona, ondeando tantas banderas españolas como catalanas. Un hecho insólito en esa ciudad. Un éxito sin precedentes que hay que atribuir al procés soberanista y a sus dos hitos finales: el referéndum independentista del 1-O y la declaración unilateral de independencia del viernes en el Parlament.

La manifestación de ayer, además, tenía un aliciente añadido: las elecciones convocadas por el Gobierno para el próximo 21 de diciembre, en aplicación del artículo 155 de la Constitución. Un estímulo del que no gozaron los cientos de miles de catalanes que se concentraron el pasado día 8 en el mismo lugar, el Paseo de Gracia, y en número similar.

A través de su perfil personal de Twitter, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, afirmó que "los catalanes hablarán con libertad y garantías" el próximo 21 de diciembre en las elecciones autonómicas convocadas por el Ejecutivo central. "Concordia, convivencia y seny, democracia y diálogo en la ley #TodosSomosCataluña. Los catalanes hablarán con libertad y garantías", escribió en un mensaje acompañado por imágenes de la manifestación.

La plataforma organizadora de la protesta, Sociedad Civil Catalana (SCC), calculó la asistencia en 1,3 millones de personas, cifra que la Guardia Urbana redujo a 300.000, mientras que la Delegación del Gobierno la situó en un millón. El día 8 la Policía municipal calculó 350.000 asistentes. Y la organización: 950.000.

El primer secretario del PSC, Miquel Iceta, se estrenaba en un acto masivo de SCC, pese a que la plataforma da cabida a muchos militantes y simpatizantes del partido. Iceta se situó al lado de la ministra de Sanidad, Dolors Montserrat, en la cabecera y tras la pancarta con el lema "¡Todos somos Cataluña! Por la convivencia, seny".

Cerca estaban el líder del PP catalán, Xavier García Albiol; el delegado del Gobierno, Enric Millo; el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, y la líder de este partido en Cataluña, Inés Arrimadas, así como dirigentes socialistas como Carmen Calvo.

Y después la alcaldesa de L'Hospitalet de Llobregat, Núria Marín (PSC), o el secretario de Organización de este partido, Salvador Illa, entremezclados con dirigentes del PP como Andrea Levy, Jorge Fernández, Pablo Casado o Alberto Fernández Díaz.

Se oían lemas y cánticos de "viva España", "viva Cataluña", "ni amnistía ni perdón" o "Puigdemont a prisión". Y sobre la convocatoria del 21-D: "Ahora sí vamos a votar" o "Votaremos".

En el tramo final de la manifestación intervinieron, además de los organizadores, el exministro del PSOE Josep Borrell, el ex secretario general del PCE Francisco Frutos y, en un vídeo, el exministro del PP Josep Piqué.

Borrell ve el 21-D como una "oportunidad de oro" para "echar al Govern nacionalista". Y cargó contra los destituidos Puigdemont y Junqueras, a quien tachó de "totalitario absoluto"; y contra la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, por ser una "emperatriz de la ambigüedad".

Piqué pidió "recuperar la unidad" de una Cataluña en la que "no sobra nadie y todos somos necesarios", frente a un independentismo "minoritario" que ha "coartado y coaccionado a la mayoría" de los catalanes.

Frutos dijo que los nacionalismos "destrozan el mundo" y se preguntó por qué no había ido a la manifestación "la izquierda que le baila el agua a los nacionalistas", en referencia a Colau.

En su manifiesto, SCC llama a aprovechar la "gran oportunidad" de las elecciones del 21-D para "restaurar la normalidad institucional" y recuperar una "Cataluña unida".

Los comicios deben permitir lograr "una Cataluña unida, sin vencedores ni vencidos", afirma el manifiesto, leído en castellano y catalán por los dirigentes de SCC Àlex Ramos, Miriam Tey y José Domingo, tras la manifestación convocada hoy por la entidad bajo el lema "Cataluña somos todos".

El texto denuncia que "Junts pel Sí y la CUP quieren imponer a todos los catalanes su minoría social en el Parlament" y que "han confundido la minoría nacionalista con Cataluña y Cataluña no es de los independentistas".